domingo, 10 de julio de 2011

Wolverine vs. The X-Men (Wolverine vol. 4, 6-8; 2011)


Esto es increíble. Lo que está haciendo Jason Aaron en la etapa actual de Lobezno es soberbio, maravilloso, inenarrable. Habíamos dejado a Logan abandonando el Infierno, y volviendo a su lugar entre los vivos. Pero cuando regresa, se encuentra con que su cuerpo sigue poseído por los demonios que lo utilizaran para atacar a sus amigos mientras estaba en los dominios de Lucifer. Así que, en estos tres números, tenemos a Lobezno librando una batalla colosal contra sus demonios interiores, y a todo un ejército de héroes tratando de detenerle de la forma más efectiva posible, sea vivo o muerto. Así de sencillo.
Hellstorm, Mística y los dos Motoristas Fantasma (no sigo sus series, pero supongo que seguirán siendo Johnny Blaze y Danny Ketch; joder, ¿por qué recuerdo estos nombres de personajes de Marvel, y no retengo los datos importantes, los que le hacen a uno prosperar en la vida? En fin...) habían devuelto a Lobezno del Averno, pero ahora queda exorcizarle, y para eso acaban de llegar los capos. Cíclope, Emma Frost, Magneto (me sigue jodiendo que Magneto vaya ahora de niño bueno) y Namor van a detener a Lobezno como sea, golpeándole con todo, y si fuese necesario matándolo, porque no puede ir un tipo tan peligroso como Lobezno por ahí domeñado por bestias demoníacas. Pero en esto que aparece el resto de la caballería, la compañía femenina de toda la historia de Lobezno, para paliar un poco las cosas, y hacer un nuevo intento psíquico, en comandita, para derrotar a sus demonios interiores. Están casi todas las que han sido: Tormenta, Júbilo, Kitty Pride, Pícara y la nueva churri, la tal Melita Garner. Se llevan a Lobezno dentro de los límites de la isla de Utopía, y se meten dentro de su cabeza, a ver si hay posibilidad de salvarlo.
Las escenas que transcurren dentro del cerebro de Lobezno, debatiéndose entre la vida y la muerte contra una maraña de demonios, son formidables (antes de que se me olvide: lo pinta todo Daniel Acuña; sí, el español, el de Claus & Simon, que está inconmensurable). No solo asistimos a un despliegue de "Lobeznos de la mente" nostálgico y apabullante, con todas las reencarnaciones posibles del héroe trinchando bestezuelas infernales (están el Lobezno de Arma-X, el samurai, el de la primera aparición en Hulk hace 35 años, el que se quedó hecho trizas tras la Era de Apocalipsis, el propio Jinete de Apocalipsis, Parche, el soldado, el samurai...), sino que además vemos cómo las mozas, para ayudarle en su lucha al límite de la cordura, van llamando a distintas puertas de su memoria, y desentrañando recuerdos dolorosos. En el rincón de las "fantasías sexuales" están, excitantes y sensuales, Mística, Emma, Espiral, Meggan y Venom; Melita se asoma a la puerta de las "esperanzas y sueños" de Logan, y se encuentra a un futuro Lobezno felizmente junto a Jean Grey; "Secretos de Arma-X", "Por qué me odio a mí mismo", "X-Men con las que he tenido sexo", "Gente que debo matar antes de morir"... Recovecos que se van abriendo y que a todo fan de base del mutante canadiense le ponen los pelos de punta. Y dentro de su mente, Lobezno se reencuentra con Kurt Wagner, y con Jeanie.
Además, parece que no es la misma Jeanie. Pero Logan mantiene una conversación con una pelirroja que se parece mucho a Jeanie, que me ha llegado a emocionar, y todo. Quizá sea la pelirroja de Origin, o tal vez es la misma Jeanie. Fuera de su cabeza, los líderes Illuminati de los mutantes están a punto de tomar la drástica decisión de liquidar definitivamente a Lobezno, que poseído por los demonios ha adquirido además unos poderes imparables, y ha acabado con Namor y casi con todos los demás. Aparecen por ahí el Dr. Nemesis y Fantomex (estos me sobraban, no tienen ningún peso sentimental en todo esto) para debilitar la salud de Logan, y que Cíclope le de el toque de gracia. Cíclope apunta a Lobezno, decidido a destruirle. Pero Lobezno, agazapado, retorciéndose de dolor y luchando contra los demonios, deja escapar un quejido y una palabra casi inaudible, que Summers apenas consigue escuchar a través de los gruñidos de los demonios: "Jean"...
Y Lobezno, por fin, se recompone, justo antes de que un sorprendido y descompuesto Cíclope le convierta en fosfatina. Ahora es Logan el que habla. Ha vencido, y necesita unas cervezas.
De vuelta a Utopía, Summers se acerca a Logan, pero no es el momento de aclarar nada. Logan tiene una nueva misión. Dentro de su cerebro hay muchas cosas que recomponer, y sobre todo una puerta que cerrar definitivamente. Una que dice "Venganza".
Me la ha puesto dura. Veintipico años leyendo aventuras de Lobezno han pasado ante mis ojos en apenas sesenta páginas de historia, que no me he resistido a contar aquí para acordarme en adelante. Brutal todo esto, magnífico, qué contento y a gusto me he quedado. En algún momento me he acordado de Claremont, y éste hubiera salido perdiendo, su mensaje probablemente se hubiese diluído entre inacabables diálogos, y le faltarían las toneladas de humor y los guiños al fan que destila aquí Aaron. Que se quede por siempre, que es el nuevo mejor escritor de superhéroes del mundo.

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