Reviso este estupendo documental en La2, que lo emiten celebrando los fastos del 70º cumpleaños de Bob Dylan. Es una película muy sencilla, construida a partir de declaraciones de un puñado de fans anónimos o famosos (Sabina, Carbonell, Aute, Moncho, Mercader, Manrique, Ordovás, la Rosenvinge, los teleñecos de Amaral, y así unos cuantos más), con un montaje mínimo, alternando las entrevistas con el ambiente de un inminente concierto del astro de Minesotta en Granada. Dylan no sale en este documental de Dylan (bueno, siendo ecuánime, se le ve de espaldas durante un par de segundos, con un sombrero de cowboy, entrando en lo que parece la roulotte de catering), apenas se muestran un puñado de fotos y suenan cinco o seis canciones. Sin embargo, a no ser que uno no soporte el entorno cansautoril español (o a alguno de los entrevistados que salen todo el rato) y las canciones protesta que cambiaron el mundo para siempre, resulta interesante, creo, incluso para el aficionado casual. Los interceptos rajan por secciones sobre su carácter, anécdotas y lo poco que se sabe de su vida pública o privada, dando forma a una radiografía sentimental aproximada tanto del fandom dylanita como del propio interfecto. Muy entretenido y emocionante todo.
miércoles, 8 de junio de 2011
Las huellas de Dylan (Fernando Merinero, 2006)
Reviso este estupendo documental en La2, que lo emiten celebrando los fastos del 70º cumpleaños de Bob Dylan. Es una película muy sencilla, construida a partir de declaraciones de un puñado de fans anónimos o famosos (Sabina, Carbonell, Aute, Moncho, Mercader, Manrique, Ordovás, la Rosenvinge, los teleñecos de Amaral, y así unos cuantos más), con un montaje mínimo, alternando las entrevistas con el ambiente de un inminente concierto del astro de Minesotta en Granada. Dylan no sale en este documental de Dylan (bueno, siendo ecuánime, se le ve de espaldas durante un par de segundos, con un sombrero de cowboy, entrando en lo que parece la roulotte de catering), apenas se muestran un puñado de fotos y suenan cinco o seis canciones. Sin embargo, a no ser que uno no soporte el entorno cansautoril español (o a alguno de los entrevistados que salen todo el rato) y las canciones protesta que cambiaron el mundo para siempre, resulta interesante, creo, incluso para el aficionado casual. Los interceptos rajan por secciones sobre su carácter, anécdotas y lo poco que se sabe de su vida pública o privada, dando forma a una radiografía sentimental aproximada tanto del fandom dylanita como del propio interfecto. Muy entretenido y emocionante todo.
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