Justamente estaba a punto de terminar de escribir el largo post anterior que (para mí) viene a ser un punto de inflexión entre algo y algo, o de algo, cuando he recibido un e-mail privado de alguien al que admiro mucho, con el que no tengo más relación que la tangencialmente virtual y, si acaso, espiritual (ojalá). Y que además creía olvidada. Como ha sido privado, quedará en privado, pero como ha sido algo muy importante para mí haber recibido esas letras, pero mucho, y más en mitad de esa inflexión entre algo y algo, y como me he quedado en blanco allí sin saber contestar, pues lo hago aquí: creo que es lo más bonito que le ha pasado a mi avatar en muchos meses. El sentir expresado y el sentir manifestado es mutuo (en mi caso con creces), aunque yo no lo habría expresado ni manifestado, ni tan bien, ni así. Y estoy bastante abrumado y hasta emocionado, aunque debe sonar muy tonto.
Sirva este críptico tuitidito en mi Diario como acuse de recibo y como muestra de agradecimiento y desencajamiento y regocijo y abrumamiento.
Sobre todo, porque me pilla totalmente de sorpresa, y porque eso que me dices no lo sabía.
Era el gato...el del mail cariñoso, digo
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