En los últimos tiempos no dejo de escuchar frases de desprecio hacia Slott, sobre todo en un par de podcasts de actualidad de tebeos que, no sé a santo de qué, escucho casi siempre, y disfrutan poniéndole a caldo, dando por hecho que lo que está haciendo es vergonzoso, hablando con un asco monumental del Spidey moderno (por cierto, esos mismos podcasts coinciden en que Chris Bachalo ya no dibuja bien, y me dan ganas de agarrarles de las solapas y meterles la cabeza bajo la ducha unas horas). Parece que esa es la tendencia, pero yo soy de los que defienden su trabajo y lo disfrutan. Y me interesa muchísimo hacia dónde nos llevará esta evolución del personaje, esta especie de playboy internacional multimillonario, cuya suerte Parker ha cambiado, por fin, y es que ya estaba bien. Estoy seguro de que muchos otros lectores veteranos del personaje, montones de veces, se habrán preguntado cómo es posible que un genio científico de la talla de Peter Parker no conseguía evolucionar de profesorcillo o reportero gráfico o parado moliente, y empezaba a ganar un poco de dinero, o se hacía famoso... Era casi necesario, y yo lo quería ver. Y Slott nos lo ha ido contando muy bien, lentamente, desde su primer día en Horizon Labs. Tras los sucesos de Secret Wars III (que yo me enteré a medias), todas las series nos sitúan 8 meses en el futuro, y no se ha explicado cómo Parker Industries se ha convertido en el Apple del UM que es ahora, pero a mí me está molando mucho todo esto, y el papel que están jugando Anna María Marconi, Felicia o Harry Osborn, me gusta y me parece bien todo, spider-buggy, Cerebro Viviente y gacheto-cosas incluidos. Me parece interesante, y a ver cuánto dura. Lo que menos me interesa, y miedo me da (aunque confío en Slott), son sus ganas de resucitar a Octavius, que había tenido una muerte digna y chachi.
Ahora bien: odio profundamente a Giuseppe Camuncoli, el dibujante estrella de Amazing. Hay por ahí millennials que me consta que celebraron la partida de Humberto Ramos, y nadie parece decir nada sobre Camuncoli, ese dibujante horripilante, insulso, que dibuja fatal los cuerpos y que hace todas las caras iguales... con esos hoyuelos y rayitas en todas las narices y carrillos, que parece que todos los personajes van disfrazados o pertenecen a alguna tribu extraña...
...y con esas desproporciones tan salvajes, esa manera de dibujar tan horriblemente mal, que ha convertido el regreso de toda una Mary Jane Watson en una parodia, en una burla, en una especie de bolo, un tentetieso cabezón, y me ha dado muchísimas ganas de llorar y de romperlo todo...
Una pena. Puto subnormal de dibujante, qué asco de persona. Ojalá se muera. En fin. El sistema de publicación de Panini me encanta, con los increíbles artículos bizarros de arqueología Marvel del grandioso Miguel G. Saavedra o los necesarios textos de apoyo de Julián Eme (el tebeíto ese del tal Víctor Gómez, que debe ser el sobrino de un ejecutivo, tampoco molesta, se ignora y listo), e intercalando algunos meses miniseries ajenas. "Don Divino" (Molina / Bianchi) era una chorrada, que llevaba a Spidey a enfrentarse a una especie de Café Quijano mágicos en Nueva Orleans, pero me encanta que vayan a ir trayendo, por arcos, la nueva serie Spider-Man / Masacre, que es una maravilla, divertidísima, un regalo para los sentidos, que ha vuelto a juntar a los míticos Joe Kelly y Ed McGuinness, que tantas alegrías nos dieron con la primera serie regular de Masacre. Es un disparate, a ratos parece que cojan ideas de Pafman. Y el McGuinness hip-hopero de sus comienzos ha evolucionado a un trazo mucho más clásico y contenido, pero que quita el sentido.
También estoy al día con la otra cole de Spider-Man, la del Spider-Man Negro, Miles Morales (me temo que se va a quedar con ese estigma, le va a perseguir para siempre que no sea ario y que provenga de la línea no canónica), y Bendis sigue tan en forma como siempre. A base de leerle se le coge el truco, de alguna manera es algo repetitivo en sus planteamientos, pero todo lo que hace es delicioso y sus diálogos son fascinantes. La dibujante (también italiana) Sara Pichelli es absolutamente brillante, lo mejor de la nueva Marvel, y también fantástico su sustituto puntual, Nico León. Nada que objetar. Una gozada. Especialmente las escenas menos espectaculares y sin acción, o el rollo chibi manga de las fantasías de MM. Es una delicia, aunque está un poco enfangada la trama al pillarle de lleno la dichosa Civil War II nada más empezar.
No sé si se va a publicar en España (leí por ahí que sí) la serie Spidey, pero me haría con ella también como loco. Recuperan la hermosa tradición de narrar aventuras sencillas del personaje para lectores adolescentes, ¡y hasta resucitan el rótulo de la cabecera de Spidey Super Stories! El dibujante de los tres primeros, Nick Bradshaw, al que conocía de Wolverine & The X-Men, le daba un toque fantástico, y los siguientes no decepcionan.
A tope con todo.
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