La banda de Jeff Tweedy siempre me gustaron bastante pero, sin que les haya seguido demasiado estrechamente (Calexico les adelantaron por la derecha a ochocientos por hora hace tres discos y perdí un poco el interés, o al menos liberé peso emocional), me parece que les está pasando un poco como a R.E.M.: quizá sobrepasaron su cénit y se han aflojado, descuidado su identidad, convertido en un despiece AOR para incondicionales. Su último disco lo escuché una vez con los hombros y los ojos caídos, y no me habían vuelto a decir nada hasta este verano, cuando se filtró por ahí este concierto en Massachusetts, en un Solid Sound Festival que ellos mismos organizan, invitan a sus amigos (Neko Case, Marc Ribot, Yo La Tengo, Dream Syndicate) y se ponen de cabeza de cartel desde hace cuatro temporadas. Este año dejaron de lado su repertorio, y se dedicaron a tocar casi una treintena de sus canciones favoritas, ante su audiencia más fiel, lo cual tiene que ser una gozada. El concierto, así, es un regocijo, una colección de cortes que forman parte de la educación sentimental de cualquiera: Beatles, Rolling, Dylan, ABBA, Thin Lizzy, Cheap Trick, The Band, Grateful Dead, The Velvet Underground, The Kinks, Television, Big Star, Replacements, una de/con Yo La Tengo, otra de Uncle Tupelo... y hasta el himno generacional
Cut your hair de Pavement. Un coleccionable de repertorio ajeno muy guay, muy intenso, muy pachanguero y cercano, como si Wilco fuesen la choni al frente de la discomóvil en las fiestas de tu pueblo.
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