De vez en cuando me apetece recuperar alguna película ochentera de
scream queens, esos clásicos de serie Z de Wynorski, Olen Ray o DeCoteau con Linnea Quigley, Brinke Stevens, Michelle Bauer y compañía. Esta mañana de domingo era ideal, y no recordaba casi nada del argumento de
"Sorority babes" (
"Chicas de fraternidad en la bolera"). Esta es una de las dos únicas películas en la que salen además las tres juntas (la otra es
"Nightmare sisters"; aunque recientemente se ha editado, en directo-a-torrent,
"Cougar cult" con todo un desfile de
scream queens ya mayorcitas, que no me atrevo a ver). El argumento es clásico: tres inadaptados nerds universitarios se aburren y deciden ir a espiar el rito iniciático de dos nuevos miembros de una fraternidad femenina (la Stevens y la Bauer), de manos de tres hermanas ya tullidas (comandadas por la difunta jamona Robin Stille). Mientras cotillean por la ventana, les pillan y la jefa de la fraternidad les castiga a acompañar a las iniciadas a robar un trofeo de la bolera a medianoche. Allí se encontrarán con la macarra de la Quigley, que está robando la recaudación de las máquinas de marcianitos. Roban el trofeo, pero éste se cae al suelo, se rompe y sale una especie de critter-leprechaun-Lockheed que les concede un deseo a cada uno. Pero todo resultará ser una trampa, y se arma la gorda en la bolera a medianoche, con montones de tetas, rayos y sangre salpicándolo todo.
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