lunes, 22 de abril de 2013

sábado, 20 de abril de 2013

Jason Becker: Not dead yet (Jesse Vile, 2012)

En estos meses que tuve este blog inactivo, vi por lo menos dos rockumentales que me parecen maravillosos y que todos tenéis que ver: "Anvil" y "Cure for pain: The Mark Sandman story"; también volví a disfrutar atentamente de "Deconstructing dad: The music, machines and mystery of Raymond Scott" y "The Devil and Daniel Johnston" (que echaron en la2 y que ya me sé de memoria). Mi colega Á. me recomendó este (sí, también el de Sugar Man, que lo veo estos días sin falta, qué ganas), sabedora de que la crónica musical audiovisual es uno de mis géneros favoritos.

La historia de Jason Becker es absolutamente fascinante. Es mejor que quien tenga interés en verla no siga leyendo mi crítica, porque yo pongo cosas aquí creyendo que no lo va a leer ni san dios, porque así lo atestigua el contador de visitas; pero nunca se sabe. Yo no tenía ni idea de quién era Jason Becker, y creo que era mejor así. El docu tiene dos partes muy bien diferenciadas:

1. Quién era y cómo fue la carrera de Jason Becker, hasta que se truncó. Con impagables imágenes de archivo, un poco de reenacting y efectistas y preiosos juegos de infografía, nos cuentan que resulta que este joven angelino era un virtuoso de la guitarra, el hijo menor de un matrimonio de artistas. A los 4 años le regalaron una guitarra, y a los 5 ya se tocaba entero el "The freewheelin'" de Dylan. Y aunque su rollo era el hair-metal, en casa no paraba de escuchar a Bach e interpretar sus fugas obsesivamente. Iba colgado de la guitarra a todas horas. Practicaba de la cama al retrete, e incluso en la comida entre plato y plato. A los 15 años se subió a un escenario en las fiestas del cole, y dejó a todo el instituto sin habla, se hizo famoso a escala local y tras enviar unas demos a un programa de radio su talento llegó a oídos de productores y otros tiburones corporativos del A&R, que enseguida le pusieron a acompañar a Marty Freidman, otro melenudo de LA que pronto formaría Megadeth junto a Dave Mustaine. Juntos formaron Cacophony, cosecharon grandes éxitos, fueron de gira por los cinco continentes. Su siguiente paso, antes de cumplir 20 años, fue grabar un par de cosas en solitario, hasta que se topó con la posibilidad de hacer de comandita del mismísimo David Lee Roth, aprovechando que Eddie Van Halen también estaba grabando sus cositas. Jason estaba nada menos que sustituyendo a Eddie Van Halen. Compañeros de hacha como Joe Satriani, Yngwie Mástil (o como se escriba) y compañía hablaban maravillas de su talento y se le rifaban. Y apenas empezaba a hacerse multimillonario y meter en caliente, cuando le diagnosticaron una esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad degenerativa que en cuestión de semanas le aleja de la guitarra, primero, después le empieza a afectar al habla, al caminar, y pronto da con sus huesos en una silla de ruedas para siempre. Jason, que podría ser recordado como mejor guitarrista de todos los tiempos, y aparecer en todas las listas y airadas discusiones de fricazos tipo "¿quién toca mejor la guitarra, Superman o Spider-Man?", poco a poco cae en el olvido y su vida se reduce a comer con pajita y pestañear.

2. A partir de aquí, conoceremos qué es de Jason Becker a día de hoy. Muchos de sus fans de siempre, piensan que Jason ha muerto (de ahí el título de la película), y sin embargo no solamente vive, sobrevive gracias a su tesón y sus ganas de salir adelante, sino que su talento sigue intacto, su cabeza sigue siendo la de un genio y sigue componiendo, gracias a su familia y sus ayudantes. La vida de Jason es asombrosa. Se comunica gracias a un lenguaje ocular que han inventado, y tiene un humor fino y una sensibilidad impresonantes, aunque su aspecto sea vegetativo. Todavía recibe a algunos fans, gente a la que ha cambiado la vida, gente para quien Jason es un modelo de conducta, por sus ganas de vivir y sus cojonazos heavies tan gordos y tan bien puestos.

Una historia terrible, bellísima, y un documental a ratos tiernito y a ratos de headbangear, muy recomendable.

"Un bebé" (Rafael Fernández "Ezcritor", 2012)

Nada más terminar de leer "20 polvos" me puse con "Un bebé", la primera inmersión en la ficción total de Ezcritor. Es una novela de terror y náusea, desquiciada e infecciosa. La primera parte (inspirada al parecer en las explicaciones que dio el padre del autor a éste, muchos años después de haberle abandonado de niño) narra el devenir de un matrimonio, el de Rafael y Mayte, de cómo un hombre trabajador consigue atesorar una gran fortuna en las Islas Afortunadas, y todo lo que sucede hasta su violento fallecimiento. Mientras tanto, asistimos a un conflicto soterrado entre seres poderosos que conocen secretos y que en ocasiones tienen que decidir a quién revelárselos, o a quién matar. En EEUU, Ronald Reagan está a punto de ser asesinado justo antes de reunirse con Michael Jackson. Un aficionado a la literatura de Borges se ha comido un aleph, y está a punto de tomar las riendas de la Existencia, sustituyendo al cruel bellaco de Dios. A todo esto, en el instante en que muere el protagonista del relato, Rafael, nace un bebé. Un bebé que posee todos los recuerdos de Rafael y muchas habilidades adultas, un bebé reencarnado y encabronado cuyo único objetivo es vengarse de su viuda y todos sus familiares, con toda la crueldad posible. Contará con la ayuda del asesino caníbal Issei Sagawa (al que pilla justo cuando acaba de empezar a comerse a su compañera de clase, cortándole todo el rollo), de sus poderes mentales y de un hambre de venganza inusitado. La novela es un menjurge pulp, incorrecto y deslenguado, en el que conviven personajes reales con seres infernales, caníbales con dioses, fanáticos religiosos con canarios. Al cóctel se añaden las mismas fantasías, obsesiones e intereses recurrentes del autor (y del hombre en general: las mujeres-objeto, sus vaginas, sus tetas, hacerlas daño, abusar de ellas, tratar de entenderlas) que ya monopolizaban sus diarios secretos, y permanecen también su estilo visceral, el ritmo trepidante y una imaginación voraz e inestimable. Algunos episodios, con tanto volantazo, tanta fantasía desatada y tanto giro argumental, se me hacían un poco crípicos, pero en general la historia me ha entretenido y satisfecho.

Me había olvidado comentar que a lo largo de la narración se intercalan fotografías y un buen puñado de cómics, breves historietas que añaden detalles en forma de flashbacks o incursiones paralelas en episodios de la vida de los personajes secundarios de la trama. Los dibujantes son Mónica (el mismo ¿tío? que dibujaba aventuras de erotismo fantástico en El Víbora), Yeray Fuentes y Rocío Galindo. El dibujo de los tres es fantástico (los guiones son también de Ezcritor), y los tebeos aportan imaginario visual y salvajismo gore al texto. En conjunto, el libro ilustrado es un objeto aún más bonito.

jueves, 18 de abril de 2013

Savage Wolverine 01-04

Me daba pereza Frank Cho como autor total de comic-book. Algo le leí en Marvel que no me terminó de convencer. Tan curtido en tiras de prensa, algo se quedaba cojo en el desarrollo y la estructura de su narración, los personajes masculinos me parecían demasiado estáticos, y yo no busco solo tías buenas en un tebeo de superhéroes. En esto no falla, claro. Se ha traído a Shanna la Diablesa para este primer arco de la nueva colección abierta de Lobezno, y no luce nada mal, ni ella ni Logan desatado en plena naturaleza rodeados de aborígenes y dinosaurios. La historia avanza lentamente, y tampoco es que el guión sea la leche: Lobezno, Shanna y un tal Amadeus Cho, un genio de la ingeniería científica están atrapados en la Tierra Salvaje ("...para el que la trabaje") y no se sabe cómo ha sido, ni tampoco importa mucho. Se trata de ver a Lobezno revolcarse con la Diablesa y los brontosaurios a toda página, con poco texto. Aparecen el maravilloso Man-Thing, La Masa, los mutantes habituales con su chamán y sus supersticiones, una especie de amazonas esclavas gritando "¡muerte por kiki!" y algo se sugiere de una máquina que depositaron los dioses y deben destruir. Parece que a la serie será una especie de Wolverine Two-in-one, y pronto llegará Madureira. Espero que la Tierra Salvaje no se vaya nunca.

miércoles, 17 de abril de 2013

"20 polvos" (Rafael Fernández "Ezcritor", 2011)

No era muy fan de Ezcritor. Sabía de su existencia casi desde el principio, y de su estilo, de su premio, de sus cosas. De que se arrimó a Torbe, de que ficciona sus vivencias adornándolas con guarrerías, y arma en su o sus blogs una especie de autobiografía protagonizada por su alter ego Sigmundo, donde no hace más que fornicar y sobrevivir un día más con la esperanza de llegar a ser algún día un escritor profesional, y vivir solo de lo que escribe y publica. Estoy suscrito a su blog desde hace mucho, lo que pasa es que los feeds llegan cortados, así que ni siquiera le leo apenas online. Pero estaba ahí, y sabía que había conseguido hacer de esa honestidad visceral impostada su forma de vida, y de venderla en formato noble por correo su sustento. Pero, como digo, cada capítulo de este "20 polvos" y del resto de sus libros era totalmente nuevo para mí. He leído a Henry Miller y a Chinaski, y ese tipo de literatura siempre me ha parecido muy atractiva. Ezcritor viene a ser, sin ocultarlo ni mucho menos, nuestro Bukowski del siglo XXI. Las portadas de sus libros me parecen preciosas, y me habían ingresado un poco de alpiste en el Paypal. Estaba recolectando en un archivo del escritorio un puñado de portadas de libros que me gustaría comprarme o pillar en la biblioteca próximamente (solo he juntado de momento 39), y entre ellas estaban las portadas de los tres libros que se ha autopublicado Rafa hasta ahora, en Mi Cabeza Editorial. En un apretón, a las tres de la mañana o así, sin pensármelo mucho, me compré del tirón "20 polvos" y "Diarios de sexo y libertad". Se suponía que ese dinero lo iba a emplear en pagar la primera factura de luz en mi piso nuevo, que es un jodido disparate; pero ya la pagaré, seguro, no me van tan mal las cosas ahora, tengo cuatro fuentes de ingresos ahora mismo (ridículas, pero que sumadas dan una cosa decente). El caso es que quería tener esos libros, principalmente porque me parece encomiable, alucinante, que exista alguien así, una especie de beatnik moderno que narra inconcebibles fantasías eróticas con gracia, las junta en libros muy hermosos llenos de fotos guarras, y transformado en hombre anuncio los pone a nuestra disposición desde su web. Tenía algunas cosas en contra, no las tenía todas conmigo: conocía la pinta de Ezcritor, no para de grabarse y hacerse fotos, y eso siempre tira para atrás; todo lo que le rodea atufa un poco a montaje, a montaje sin gracia. A veces parece que tenga detrás una campaña de marketing que le promociona, ora un encontronazo "casual" con alguna del entorno de Torbe, ora una polémica en una tele pequeña, ora cualquier otra chorrada mediática...; es canario ('nuff said); no me interesa mucho la literatura erótica o pornográfica. La verdad es que tengo en una estantería un par de palmos de libros guarros, pero no los leo, y solo me interesan de este género las novelas de kiosko de finales de los setenta y primeros ochenta, esos libros llenos de fotos de mujeres extranjeras en pelotas con el potorro censurado burdamente, que los vendían nada más espicharla el pitufín del Ferrol disfrazados de manuales sobre la vida sexual... en serio, hay un montón de noveluchas de este tipo. O las novelas de kiosko de Curtis Garland y compañía de colecciones como Sexy Star, Sexy Flah, Sexy Thriller... Esas sí me hacen gracia. Pero vamos, prefiero leer cualquier cosa antes que un libro de guarradas escrito por un joven canario con ínfulas...; y la obsesión de Ezcritor por los ":", los dos puntos, ese signo de puntuación que utiliza como sustituto de todo, la coma, el punto y coma, la conjunción, la admiración, los puntos suspensivos, todo, me resultaba un poco cargante.

Pero esto son las pegas. Me chiflan los libros, y más los libros raros, minoritarios, la autoedición, yo tenía que tener los libros de Ezcritor, aunque no los leyera. He de decir que ni siquiera sabía que eran tan cerdos e incorrectos. Por aquello de que ganara el premio 20Blogs, igual que antes el taxista aquél o más recientemente mi Mati, no imaginaba que esto fuese tan chusco. No tenía mucha idea, ya digo, pero sentía la necesidad de poseer esos libros de Mi Cabeza Editorial. Es más, estuve hasta un poco obsesionado con el envío, que por qué tardaba tanto en llegar (tres días...), y me jodió mucho tener que ir a recogerlo tan lejos. Como me acabo de mudar, pensaba que llegarían a la oficina de Correos de ahí al lado, y qué va, tuve que ir a la puta casa de la alcaldesa a por ellos.

Todo ha sido muy positivo. Para empezar, el propio Rafa me escribió nada más hacer la compra, a pesar de la deshora, para confirmar que todo estaba bien, y sugerirme la posibilidad de dedicármelos. Me pareció un detalle maravilloso. Intercambiamos un par de líneas, y Rafa decidió añadir al envío el tercer libro hasta la fecha de su editorial: "Un bebé", su primera ficción, ficción. "Cómo no adorar a este tipo tan majo", me dije. De golpe, estaba a punto de recibir todo el catálogo del autor de la editorial. Ahora quedaba enfrentarme a la idea de leerlo; no lo había pensado, en realidad solo me apetecía mucho tenerlos... Tengo muchos libros "únicos", de tiradas ridículas, de hecho algunos libros que probablemente solo existen en mi casa. Y toneladas de fanzines. Es mi rollo. Me chifla acumular libros. Pero luego soy un lector mediocre, me cuesta acabar las cosas y siempre leo lo mismo, me distraigo mucho y me cuesta mucho. Me encanta leer, pero soy un lector mediocre, insisto. Pero vaya, nada más llegar me puse a leer "20 polvos" en un banco del Paseo del Prado, volví a casa con él a un palmo, y esto fue el lunes. Estamos a miércoles por la mañana (he madrugado como hacía meses) y ya lo he acabado. Me ha enganchado muchísimo, me cogió por los huevos la cosa. Como digo, no sabía que se centrara tanto en sus pajas, sus polvos y sí mismo, todo el rato. Pero todos mis prejuicios eran un error: me ha gustado mucho esto. Incluso aunque sea canario el tío... :)

El principal aliciente (además de lo atento, fantástico y desprendido que ha sido con el envío; yo también he autoeditado y enviado cosas por correo y lo he hecho fatal, soy un cretino vergonzoso en esto), es que me he reído muchísimo. Cuenta muchas barbaridades, sus fantasías y su anecdotario escatológico va más allá de Bukowski y desde luego de Miller, y a ratos se regodea en Chukri probablemente sin querer. Pero el personaje de Sigmundo es tan patético, tan hijo de la gran puta y a la vez tan inocente, y sobre todo tan gracioso, que me han entusiasmado sus aventuras. Prefiero los momentos en los que se transforma en perro sarnoso, que aquellos en los que es un violador degenerado; que también me molaron, es muy divertido y enternecedor y sorprendente, pero ya digo que me resulta incómodo leer tanto testimonio pornográfico masculino negro sobre blanco: prefiero ver una peli. He leído bastante literatura en forma de diario (cuando me llegó esto estaba leyendo precisamente otro, que reseñaré aquí mañana o pasado, supongo), y resulta bastante cargante, insufrible. Pero esto no me ha cansado en ningún momento. El equilibrio entre "¡este tío es un gilipollas egocéntrico, qué mierda hago leyendo esto!" y "¡joder, qué brillante, qué insólito e interesante es todo esto!" es perfecto, y me ha convencido del todo. De lo primero no ha habido casi nada. Si acaso, a ratos un poco de "¡este tío es un gilipollas, ojalá siga publilcando sus gilipolleces durante mil años más y así las pueda leer!". El ritmo es desbocado; su estilo, sin ser nada nuevo, me encanta; el uso de los ":", lejos de irritar, es mesmerizante, de hecho agiliza aún más la prosa y también me daba risa; y todo lo que le pasa me ha parecido tremendamente interesante, en la línea de lo que le pasa a Homer Simpson, que no sé por qué, ni siquiera existe, pero no puedo dejar de mirarlo y preocuparme mucho. En fin, un descubrimiento, tardío, o más bien una reconciliación. Yo digo sí a Sigmundo. Bravo. Mola mucho todo esto y quiero más.

El Supergrupo (Fco. Pérez Navarro, Nacho Fernández, 2012)

Me hacía muchísima ilusión este proyecto. La vuelta de Efepé a los mandos de las aventuras de Superlópez, aunque fuera sin Superlópez ni Jan, me hacía muchísima ilusión. No compro muchos tebeos, la verdad, y éste le estaba esperando. Nacho Fernández es un dibujante de narizones bastante guay, y a mí me la pela que otros autores se ocupen de Superlópez. Me gusta que esto sea así, que se adopte el modelo norteamericano (donde el personaje siempre sobrevive a sus creadores y autores, en lugar de morir con ellos como pasa en Europa) a ver qué pasa. Y en fin, que nada de suspicacias ni lamentaciones previas: por qué no, me apetecía muchísimo esto. Y la decepción, el batacazo que me llevé al leer (a duras penas) el resultado, fue tan asombroso que casi lloro. Este álbum es probablemente uno de los más feos jamás publicados. Qué mala hostia, qué cabreo, qué colores tan ridículos. El acabado final da la sensación de que esto sea un cuento para niños de los años 60, o que tu ejemplar se ha caído al agua y se le ha ido el brillo... O no sé yo qué pasa, pero creo que ha habido montones de quejas: han salido tiradas con páginas en blanco, y el coloreado es tan absurdo, tan sobrecogedor, que las devoluciones han debido colapsar al SAT de Editores de Tebeos. Muy feo. Y no había pensado en que los monitos de Nacho Fernández molan, pero que un tebeo del universo Superlópez en el que los fondos no existen, en el que los personajes flotan, donde Parchelona se ha desintegrado y ha sido sustituida por un renderizado o una trama lisa... Horroroso. Y mira que el guión está a la altura de lo esperado... Teniendo en cuenta que esto va dirigido a nuevos lectores, y no solo a los rancios nostálgicos de treintaymuchos, el trabajo de Efepé me parece correcto. Repetitivo (esa era la bolsa que corre en los primeros tebeos de SL, también es verdad), pero correcto. Lo demás, todo lo que se ha hecho aquí a partir del guión, me parece un esperpento. Y encima, cuando esto ya estaba avanzado, en pleno hype, nos enteramos de que finalmente, mil años después, Efepé y Jan también iban a celebrar el aniversario del Supergrupo oficialmente. Con Superlópez, con Jan, con todo. En fin, lo de Efepé y Fernández se ha quedado en una broma pesada. A ver el nuevo de SL, que me lo compro mañana mismo.

Barcelonorra (VVAA, 2012)

Esto es una película colaborativa que se estrenó en el pasado Sitges sin pena ni gloria, y que hace poco compartieron sus responsables por la red. Como conocía a varios y no había que soltar pasta, allí que me fui. El hilo conductor de los 10 cortes, y protagonista de un par, es Pere Koniec, y los directores eran gente como Hernán Migoya, Naxo Fiol, Rubén Granados o Bouman. La premisa va de contar historias guarras ambientadas en Barcelona. Sin moralejas, sin tabúes ni gaitas. El dibujante Néstor F., por ejemplo, rueda un cortito muy sutil y correcto (Porno gonzo), sobre un tío que está a punto de grabar a una golfa jovencita haciendo barbaridades en su casa para subirlo a alguna página web de pago, cuando pasa algo. Migoya en cambio no se corta nada, y narra la fantasía de un pringao en una biblioteca, mostrando mucha carne. Hay mucho pelo y mucha teta en general en los cortos. Fantasías sicalípticas, estupro, violencia y sangre. Un par de cortos se parecen mucho (Psycho Dick Killer y Experiencias sexuales divertidas), y están protagonizados por sendas lolitas asesinas... En fin, me gustaría hablar uno por uno de cada corto, pero los he olvidado porque lo vi hace un par de semanas y con la algarabía se difumina el detalle. En conjunto, la cosa era bastante decente, y yo echo de menos un "Sodomadrid" para compensar.

DeVotchka - "A mad & faithful telling" (2008)

Llego a DeVotchka a través de las recomendaciones del androide de LastFM, una de esas pocas veces que da puntadas con hilo. Me dice que se parecen bastante a Andrew Bird, a quien escucho mucho siempre, psicóticamente obsesionado. DeVotchka son como una banda de Bird sobreproducida y aún más barroca. Se parecen (a Bird o a sus Bowl Of Fire) en el tono de voz melancólico de Nick Urata, en la armadura de las composiciones, igualmente taciturnas. En la coctelera entra el folk norteamericano que tanto me estimula, y también reflujo balcánico, con el violín juguetón omnipresente. Temas enérgicos y a la vez afligidos, que es esa antítesis lo que me pone tanto de Bird. Pero además DeVotchka usan muchos vientos (trompetas, flautas, sousáfonos y mucho silbidito, algo en lo que Andy Bird es especialista), acordeones y theremines. Tradición folk, pop exótico, minstrel (no en vano comenzaron como banda de acompañamiento de Dita Von Teese), barroquismo, están en mi cabeza alojados en una visectriz intermedia entre Squirrel Nut Zippers, Tiger Lillies, The Decemberists, Radiohead y Gogol Bordello. Tienen una propensión especial hacia lo ruso, y también hacia lo mexicano o el chapurreo español. También hicieron la banda sonora de las magníficas "Pequeña Miss Sunshine" y "I love you Philip Morris", pelis ambas que he visto varias veces. Acaban de sacar un disco con una orquesta sinfónica, que estoy por devorar ahora. En su EP "Curse your little heart", una delicatessen, incluyen una versión de Siouxie & The Banshees que yo escuchaba mucho en COU, en una casette que me grabó una novia siniestra que tuve (tuve novias). También hacen covers de Venus in furs, de Somethin' stupid, de los Flyin' Burrito Bros, o la BSO de "Pesadilla antes de Navidad". Esta gente se ha empeñado en que les adore. No entiendo cómo no les descubrí antes; ¡estaban ahí delante! De todo lo suyo, que me gusta todo, me quedo con este disco porque es el que más les he escuchado, porque alguna cubierta tengo que poner ahí encima y porque el primer tema, Brasso profundo, es nº 1 este mes in my heart.

jueves, 11 de abril de 2013

Chumbawamba - EP "In Memoriam: Margaret Thatcher" (2013)

Desde luego, si algo de positivo tiene el NWO en el funcionamiento de la Industria Musical, es que va zumbando que pita. Ya no es necesario componer durante meses, luego encerrarse a grabar, que se fabriquen los discos, la promoción... ¡que se va el tren! Los cabecillas de la anarko-pachanga tardaron DOS DÍAS en poner en circulación "In Memoriam: Margaret Thatcher", desde el momento en que ésta se fue a reunir con Himmler. Y es un disco (un disquito; 10 minutos) fabuloso, inspirador, al que han dado la forma de un zapping por el dial de una radio, con su crujido estático y los injertos de noticias sobre el deceso de Esperanza Aguirre la Thatcher. Incluye baladas finas finas y cantarinas de despedida, que casi parecen interpretadas por las Puppini Sisters con Robbie Williams o por unos acidísimos Carpenters (So long, so long, la esperanzadora Waiting For Margaret To Go), momentos eurodisco de esos que tanto les gustan (a mi no: The Day the Lady Died), un breve impass en el que el dial nos lleva a la alegre melodía de The witch is dead, y entre voces de políticos de uno y otro bando y sonido de estática la cosa arrecia en la sentida nana Sleep, deseando descanso eterno. Muy delicado todo.

miércoles, 10 de abril de 2013

miércoles, 3 de abril de 2013

Santos Morcegos!!! - Raios e centolas (2013)

Dentro de esta portada tan bonita (de Jano) se esconde el tercer disco de los gallegos Santos Morcegos!!!, después de "Ecstasy of Fedorento" y el EP "The Abrecadáver", discos todos ellos que me han servido de banda sonora para no trabajar nada esta mañana en casa. Se trata de una de tantas bandas de surf instrumental a las que me gusta acercarme de vez en cuando, que además se especializan en el mashup artesanal de estándares, y lo mismo en un tema empiezan con una BSO de Morricone acelerada, y terminan con la Marcha Imperial de Star Wars. Cócteles y mashups de guitarreo instrumental muy correctos, que disfrazan de temas propios con títulos como Gaviocometas, Buzombis, Cowboy das Rías Baixas, Fedorento Five-O o Goldfinho. Temas como estos últimos me parece que los voy a pinchar mañana por la noche entre canción y canción, en una sesión en mi bar favorito de Malasaña de toda la vida que me han dejado organizar, que espero que se convierta en fiestón porque he invitado a grupos de amigos de distintos lugares, y que tiene como arco argumental el cine de agentes secretos. Van a sonar versiones de temas de 007 suecadas al español, Secret agent man en suahili, arreglos detectivescos de Johnny Rivers pasados al mento, Panteras Rosas turcas y cosas así, entre temazo y temazo. Y el Goldfinho me mola como medio tiempo. Pincho con un colega, me hace mucha ilusión aunque he pinchado muchas veces (pero nunca lo he propuesto como si fuese a celebrar mi cumpleaños, que nunca lo celebro porque nací en una época muy mala), y hasta hay tres carteles del evento, que aprovecho para reproducir a continuación:

De paso, pongo otros dos carteles de otros dos eventos en los que participé mientras este blog estuvo inactivo, para que si muero pronto mi sobrino recién nacido crea que mi vida fue guay:

Los proyectos Manhattan (Jonathan Hickman y Nick Pitarra, 2012)

En el próximo Saló se publica en tomo "Los Proyectos Manhattan", una serie limitada de Image obra de Jonathan Hickman que me agencié por ahí y que he terminado de leer esta mañana temprano. Una de esas inconcebibles series de Image que no solo no llevan a una tetona semidesnuda en portada, sino que no sale una tía en sus doscientos y pico de páginas; y que no están concebidas para purulentos adolescentes de Iowa, sino que pegarían más dentro del sello Vertigo. Nos cuenta la intrahistoria secreta de lo que sucedió realmente con el Proyecto Manhattan, aquel que dio como resultado la invención de la bomba atómica, el Enola Gay, la destrucción de Hiroshima y el miedo a Godzila. Es un curioso ejercicio de especulación distópica, que nos lleva a una época oscura de la historia política norteamericana, que empieza con la Guerra Fría, el Telón de Acero, la Guerra de las Galaxias y todo aquello, pero narrado en forma de pastiche extremo, donde Robert Oppenheimer ha sido sustituído por su hermano malo caníbal y devorador de almas, Einstein es un borracho viajero espaciotemporal, Enrico Fermi es de otro mundo, Franklyn Delano Roosevelt es una inteligencia artificial electrónica, el presidente Truman un francmasón pirado que organiza orgías con ovejas, el ejército ruso son robots de rostro pulposo, los nazis se suicidaron en masa, los extraterrestres están entre nosotros como si la Tierra fuese el coño de la Bernarda... El batiburrillo se convierte en una parodia punk al poco de empezar lo que prometía un interesante análisis histórico al estilo de lo que hace Alan Moore, y todo queda en un sano cachondeo que entretiene sin más. Me gusta especialmente el dibujo del tal Pitarra, que recuerda bastante al primer Quitely y al 2000AD de los noventa, con grandes aciertos visuales y creativos: esta distopía conspiranoica se convierte casi en un nuevo infragénero, al llevar la maquinaria nazi y los avances científicos de la época Roosevelt-Truman al extremo, desarrollando algo parecido a lo que hace el steampunk con la época victoriana; podríamos estar ante una de las primeras muestras que nos da el cómic de... ¿enolapunk?

Dramáticas Aventuras Trimestrales Ilustradas nº 5

Casualmente, al día siguiente de retomar este blog se pone a la venta la 5ª entrega del fanzine DATI, en el que colaboro. Me lo he leído en un pispás y vengo corriendo, muy contento, a contároslo, y a animaros a que os hagáis con él. En caso de que haya alguien que lea esto, que se entusiasme con este proyecto pero que no tenga los números anteriores, que sepa que se pueden adquirir a un precio subnormal en el blog oficial, y que aunque oficialmente no quedan ejemplares del número 1, han aparecido dos o tres en un almacén de Panamaribo.

En este quinto número (en realidad, la sexta entrega de DATI, puesto que hubo un ánnual fuera de colección) nos acercamos al final de la fotonovela de El Ligre, y conocemos quién es el culpable de la invasión del los Hombres-Pez de Urano (¡Oh no, era él! ¡Valiente hijo de puta!). Por primera vez, se incluye un coleccionable central a todo color, que reproduce las primeras strips de Helga Hitler, así como una reproducción de un bolsilibro romántico que se extracta a continuación; una bella historia de amor ligreña obra de María Goretti de Barnola. El número se completa con textos variopintos que amplían información sobre el DATIverso, como el origen de la hija de Hitler, la reproducción de una nota airada del ultraderechista Pedro J. Merhienda, teletienda, carteles de cine, cartas de los lectores... Por si todo esto fuera poco, tenéis bombas de humo, Kirby dots, grapadoras gigantes del espacio exterior, códigos QR interactivos, portadas de películas imposibles, patadas voladoras, mad doctors con parche... En fin, la releche.

martes, 2 de abril de 2013

Puta Madre Brothers - Queso y cojones (2011)

Llevo un montón de meses escuchando sin parar el último disco de Calexico, "Algiers", mi disco favorito en mucho tiempo. Una y otra vez volviendo a sus discos anteriores, directos ("Spiritoso", una rola reciente de con orquesta), y una y otra vez volviendo a mis temas favoritos (sus versiones de The Clash o de Love). También estoy escuchando mucho a Mariachi El Bronx, que son el divertimento chicano de una banda de punk californiano (The Bronx) con sombreros y guitarrones, muy divertidos y con temas de una energía impresionante, llegando allá donde Calexico no se atreven en su fusión con lo fronterizo. Estoy en ese lugar mental ultimamente, escuchando también bandas sonoras y mirando a las paredes, por hacer tiempo hasta que vuelva Breaking Bad. No sé a qué venía todo esto. Ah, sí. Pues que en esa línea, descubrí el otro día a Puta Madre Brothers, que son otra banda de impostores que hacen sonidos aproximadamente fronterizos. En este caso vienen de Australia, y se disfrazan de mariachis o de caballitos, hacen el bobo y el pinche, creando algo así como un garage sucio con ecos de spaghetti western y letras sobre mierdas, desiertos, madres, besarte el culo y palabras chapurreadas en español que no saben qué significan. Me he escuchado más su segundo disco "It's a long way to MexiMotown" (2012), que incluye una canción para Vincent (sic) Fernandez, y estoy esta tarde por primera vez escuchando "Queso y cojones", que tiene temas muy simpáticos como Nintendo con cueso, Grandes pelotas del fuego, Grandes pantelones o Soy una fruta. Sirva esta entrada azarosa para resucitar el blog, ahora que tengo otra vez conexión a internet en casa y necesito perder el tiempo como sea porque debería estar trabajando en una cosa nueva online que me ha salido.