Ya que estamos con retro-swing y revivalismo, me he acordado de que Big Bad Voodoo Daddy, otra monstruosa big-band famosa en el mundo entero, han sacado nuevo disco. Y en este caso, lo que me ha pasado en estas semanas, que lo he estado trillando bastante, es que me cuesta pasar del primer corte; o más bien el segundo: el disco se abre con un intro cinematográfico en el que escuchamos unos compases de orquesta lejana, unos disparos y un "grito Wilhelm" que remite a una proyección de un western ajado antes de dar paso a la imparable colección de swing acelerado y chiripitifláutico. Pues ese primerosegundo corte es una versión de
Diga diga do, un standar de 1928 suecado aquí por los BBVD que hace imposible no volver a él una y otra vez. Que BBVD, o cualquiera de las otras
megabigbands con estrella en esto de revitalizar los sonidos añejos de su país para petarlo en tu noche de bodas en el Tropicana durante el siglo XXI (Royal Crown Revue, Cherry Poppin' Daddies, Brian Setzer Orchestra, Atomic Fireballs, Squirrel Nut Zippers, Cigar Store Indians, White Ghost Shivers...), saquen disco nuevo siempre es una gran alegría. Lo que da rabia es que estos se ciñan casi exclusivamente a los covers, y hay que reconocer que más de media hora de sección de vientos desatada a toda leche, pues cansa.
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