El principal problema de haber sido contagiado de nuevo con la fiebre del video-mixtape, es que una sesión de ondas alfa alucinógenas deja con ganas de más, y uno comienza a hurgar otra vez en la basura (con permiso del ayuntamiento) a ver si encuentra algo decente. Y es entonces cuando se enfrenta al visionado de cosas que no quiere ver. Es algo de lo que he hablado con otros aficionados, cuando hace un tiempo (va para tres años) compartíamos enlaces de este tipo de infraproductos, con la pasión de quien intercambiaba en los noventa copias piratas en VHS: el afán ecuménico de sorprender, de epatar y destacar con estos fan-video-menjurges, le lleva a pasar de la sana risotada con unos chavales haciendo el idiota en casa con el monopa, a ir subiendo el tono y ofrecer primero porno, luego gore desagradable, luego extractos de los mondos más abyectos y acabar con el pseudo-snuff, las autopsias explícitas, etc. Todo esto está en el P2P, a un click de distancia.
"Retard-O-Tron" o
"The Whore Church" son un producto sibilino, que maneja material complicado con mano izquierda. En la saga
"Faces of death" y los cientos de cintas semi-profesionalos similares ya nos encontramos con material más desagradable. Tengo acceso a todo eso y mucho más entre mis rodajas. He visto, más o menos, los
"Mongoloid", todos los
"Los & found video night",
"Forbidden transmission",
"Ultra gash Inferno",
"Evil night",
"TV carnage",
"Deep fried sack dreams", y me alejo con un palo de todo lo que se parezca a
"The sickest video on Earth" y similares. Y éste es de ese jaez: un sentido homenaje, en forma de megamix crudo de piezas largas, a los asesinos en serie más populares del siglo XX y los aficionados a los cadáveres y la automutilación, salpicado de videos de J-Pop. Una cosa desagradabilísima que me ha dejado muy mal cuerpo.
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