Este simpático tomo, necesario ensayo sobre ese rincón fabuloso de la historieta universal y la cultura popular que fue la editorial E.C. de William Gaines, se envuelve en esa fea pero colorida portada y se abre con un distinguido prefacio de Don Jordi Costa. El texto en sí es correcto. Inspirado en la numerosa bibliografía sobre el asunto en inglés y en las revistas especializadas de siempre (con el mérito de haber sido escrito en 1999, antes de la publicación del grueso de E.C. en España y de las Megautopistas de la Información), hace el necesario repaso a la herencia recibida por Gaines Jr., al feo asunto del Dr. Wertham y a la trayectoria imparable, auge, caída e influencia de la absolutamente maravillosa editora de tebeos. Se incluye a continuación un repaso ligero a cada una de las series, seguido de una serie de hagiografías de cada uno de sus protagonistas. Todo muy bien. Conciso y clarito. El problema de este tomín es que el estilo de la narración sugiere que hubiera sido traducido automáticamente del japonés por un programa de esos que emplean para adaptar las instrucciones de los electrodomésticos a los más ignotos lenguajes; que los autores demuestran desconocer por completo la existencia de otro signo de puntuación que la coma, que utilizan como sustituto del punto y seguido, el punto y aparte, de los dos puntos, del paréntesis, del punto y coma, de la conjunción copulativa, la diéresis, la paráfrasis y de los signos de admiración; y que por lo visto se trata de la transcripción en bruto del manuscrito de un ciego, dada la grandísima cantidad de errores mecanográficos, gramaticales y ortográficos, así como la repetición de frases y conceptos, como si en 1999 no se hubiese inventado la tecla “delete”.
Casualmente, por las mismas fechas en que leo este ensayito, me encuentro en Youtube con un puñado de documentales sobre cómic, uno de ellos titulado
"Tales from the Crypt: from comic-books to television", que narra la (ya mil veces contada) historia de la EC, el Code, Mad, etc., que resulta verdaderamente interesante y estimulante. En mi caso, es la primera vez que veo imágenes del dichoso juiciocirco orquestado por Wertham, o el careto en movimiento de Feldman o el simpático Mark Evanier.
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