Varias de las colecciones principales de Marvel, en febrero pasado salieron al mercado por duplicado: un número de la colección regular, y otro con la numeración ampliada a ".1". Un evento, éste del "punto uno", que vino a ser una especie de reflexión y de puesta a punto de las colecciones, para atraer a lectores nuevos, y que al mismo tiempo indicase cuál va a ser el camino a seguir durante el próximo año. En el caso de Wolverine 5.1, se trata de una de esas historias autoconclusivas que tanto me gustan de Lobezno, sencillas y que se pueden leer sueltas en cualquier momento. En este caso va sobre una fiesta sorpresa que le está preparando la ingenua de su nueva novia, Melita, en un refugio de montaña en mitad del nevado Yukón. Ha invitado a un montón de amigos superheroicos de Lobezno, miembros de X-Men o Alpha Flight, Power Man, Masacre o los 4 Fantásticos. Algunos han declinado asistir, como Cíclope o la Dama Blanca, y a Spider-man nadie le ha avisado y se pasea por una mansión de los Vengadores desangelada. Todos le han regalado botellas de whisky, y suenan los Rolling Stones mientras Melita espera a que Lobezno se emocione al abrir la puerta de casa, sin caer en la cuenta de que se olerá literalmente la sorpresa a kilómetros de distancia. Todo es muy emotivo y algunos detalles de Aaron como los citados son muy graciosos; y sabemos más cosas sobre Melita, como que ha investigado por su cuenta y descubierto cuándo es realmente el cumpleaños de Lobezno, y que él mismo estaba equivocado.
Lo que pasa es que Lobezno, en lugar de ir a casa, se cruza con una pareja de hermanos paletos maníacos asesinos, que tienen secuestrado a un desgraciado camionero. Lobezno se pasa toda la noche dándose de hostias con los orondos criminales, y finalmente les lleva a comisaría. Cuando vuelve a casa, todos se han ido, y el camionero se pone las botas con los restos. En el epílogo (y supongo que aquí se cumple la directriz del evento "punto uno", y sabemos qué nos contará Aaron próximamente) descubrimos que unos ninjas de La Mano asaltan la comisaría local y sacan de allí a los dos psicópatas.
El dibujo es de un desconocido Jefte Palo (risas), guapísimo, que me recuerda a Mark Texeira y que pinta a Lobezno muy gracioso con el pelo de punta.
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