He leído de pasada en el blog de Fantagraphics que algunos de sus dibujantes estrella han donado páginas originales de su trabajo para noséqué fundación u obra benéfica, que se están subastando en E-bay. Entre ellas, tres páginas originales de una tira cómica de Peter Bagge.
Dicho tebeíto en píldoras lo publica el tío Bagge en la versión moderna del clásico Weekly World News, y su protagonista es el entrañable Bat-boy, el niño-murciélago que aparecía también en la portada de la efímera versión española que salió allá por los años 90s. Un personajillo inexistente pero aún así archifamoso, o al menos un referente personal así de gordo; aquella portada estuvo varios años colgada en el corcho de mi clase, en mi colegio, junto con la señal de la parada del bus 147. Gamberradas adolescentes sin importancia, pero que son importantes.
Por cierto, que soy el último en enterarme de que Peter Bagge también trabaja en otra revista americana: REASON MAGAZINE. Escribe desde hace ya casi seis años la editorial de la revista, en forma de tebeos de varias páginas sobre actualidad social, que no tienen desperdicio. Además, todo el archivo de sus tebeos (que nunca han sido traducidos ni publicados de ninguna manera en castellano; a ver si alguien se anima) en este caso sí que está disponible online. Concretamente, aquí. Hay que bajar un poco en la página para ver el listado de sus contribuciones, y pinchar una por una para disfrutar si uno es un baggemaníaco de tomo y lomo, como servidora.
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Y ya que me he metido en arena hablando de tiras cómicas... Por si no vuelve a salir a colación, y aunque no tiene nada que ver, aprovecho para mencionar otra de mis favoritas, un tebeíto online semanal que combina dos de mis pasiones: los comics y las figuras customizadas de Lego. Se llama BRICK HOUSE, y es muy friquipop.
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Y ya que me he rebozado en la harina, voy a contar que ayer hice mi visita trimensual a una tienda de tebeos, para desquitarme. Me puse al día de las poquitas cosas fijas que compro (Lobezno, Usagi Yojimbo, La Cúpula...), me compré los dos tomos recopilatorios de esos Ultimates de los que todo el mundo habla y de los que no había leído nada, y de una tacada me pillé también todos los números que han slido de Jóvenes Vengadores (que por lo visto también son de lo mejor que se puede leer ahora en Marvel), el cuarto número de Pafman, que estaba fresquito fresquito, y el primer tomito de Biblioteca Marvel Motorista Fantasma, una no-novedad de un valor estratosférico por menos de mil pelas. Y volví a casa con muchísimo menos dinero pero contentísimo, a devorar viñetas acompañadas de pan con chocolate.
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