462. ALGODONÍA POÉTICA #03

ELEGÍA MODERNISÍSIMA

Atrapado por el púrpura
de tus muslos ipsofactos que
nadan
en la oscuridad
de
la tenebrosa y aciaga grulla
ululante,
perenne,
sola,
yunque.

La leona herida de la nívive
cae.

El viento
es.

Cuando escapo, el contoneo sexy de la mar
se torna iridiscente
y la grulla espabila, vaya si se espa-
bila,
la jodía.

Uno, dos, tres,
el hada beoda me chupa los tuétanos
con un libar insolente
que me quema,
que me quema,
con un libar.

Insolente.

Los sábados son azules,
oh, mi grulla,
pero los viernes son asustadizos.

Un plátano resbala por el filo del atardecer,
y se enrola en la marina,
que me quema,
que me quema,
y me pica la nariz derecha.

Alcornoques.

Siempre es tarde para que la grulla se contonee
como antaño,
y cada planeta bisiesto exhala
matices pluscuamperfectos,
planos,
cerveza,
chimpón.