"Misterio en las Bermudas", 1977
Ya he contado en otras ocasiones que los domingos tengo una cita con el Canal de las Estrellas. Hace ya más de un año que dedican la franja horaria entre las 13 y las 14:30 horas a la emisión del ciclo de cine de luchadores enmascarados. Cada domingo por la mañana sobrellevo la resaca viendo chatarras de Santo, Blue Demon, Huracán Ramírez, Neutrón, Mil Máscaras y decenas de otros Campeones Justicieros más. Recientemente han pasado algunas cimas sin parangón como "Santo contra Blue Demon en la Atlantida" (Julián Soler, 1970) y "Misterio en las Bermudas" (Gilberto Martínez Solares, 1977), grandes joyas camp repletas de acción, psicotronía y temas paranormales. Entre las más infumables, me tragué enterita, con la boca abierta y sin pestañear, un cuento de realismo social empapado de moralina titulado "Huracán Ramírez y la monjita negra" (Joselito Rodríguez, 1973), en el que no sale un capón hasta pasada la primera hora, y en la que la monja negra (una mexicana pintada de betún que habla spanglish recién llegada al DF desde los USA) y sus buenas obras de caridad en un convento lleno de niños enfermos son los máximos protagonistas.
Para los cuatro domingos de agosto anuncian "Santo vs. La Tigresa" (Alfredo B. Crevenna, 1971), "Neutrón vs. Los Autómatas" (Federico Curiel, 1962), "Sangre sobre el ring" (Federico Curiel, 1962; ya les vale, esta la han puesto veinte veces...) y "La sombra del murciélago" (Federico Curiel, 1968).
Pero esto no es todo, porque hace poco he sabido que en el Canal de las Estrellas tienen entretenimiento bizarro también para mis resacas de los sábados. A las 11 de la mañana (también hora española) están echando un ciclo de cine psicotrónico infantil, gracias al cual por fin pude asistir al visionado de algunas películas de las que hablaba en este blog hace tiempo: "La Caperucita Roja" (Roberto Rodríguez, 1960) y "Caperucita Roja y Pulgarcito contra los monstruos" (ídem, 1962). El sábado que viene emiten la tercera de la saga, y en posteriores semanas van a deleitar mis pupilas con la saga conocida como "La guerra de los niños" (primera, segunda y tercera), que no es otra cosa que las películas rodadas por Parchís a principio de los 80s. Cine español niñófilo, carpetovetónico y en vivos colores.
Quiero decir que a las películas de Caperucita Roja, a las que tantas ganas les tenía, no me defraudaron en absoluto. Tiene como principales hándicaps el hecho de que el guión nos lo sabemos (obviamente, je), una ñoñería y un mensaje moralista que tira de espaldas, pero a uno no le molesta si se enfrenta a ellas teniendo en cuenta que está hechas para niños mexicanos de hace treinta años. Aparte de eso, las películas son hipnóticas. Los colores chillones (probablemente coloreados sobre el fotograma en byn) y los magníficos escenarios de cartón piedra en el bosque nos recuerdan por completo al LSD y a la psicodelia; los personajes (principalmente el enano con voz gangosa que va dentro del traje de mofeta-zorrillo) son delirantes e increíblemente carismáticos; hay escenas de pura locura, lucha libre 100% mexicana entre los leñadores, canciones cuya letra debería ser analizada por los gobernantes, algún guiño niñófilo (como ese momento en el Caperucita se duerme junto a la chimenea, y mamá la coge y la lleva a la cama; ante un duro primer plano, mamá empieza a quitarle la ropita lentamente... pero al final cambia de opinión y la tapa vestida y todo) y en general séptimo arte pop bizarrote y entretenido. De verdad, estas películas son fabulosas para los niños, y si las ves ahora con los troncolegas fumando cosas y brindando con litronas te puedes morir de la risa.
Excellent, love it! » »
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