Me gustó mucho el post que el amigo Javier Garvich escribió hace unos días para el Pegamín. E inspirado por sus palabras, me sobrevino la idea más tonta, friqui, infantil y patética que he tenido en lustros (por favor, no se lo tengáis en cuenta a él). Y no sólo eso, sino que, curado de espanto en cuando a lo que la generación de vergüenza ajena conlleva, decidí hacerla pública inmediatamente.
El texto de don Javier era una alegoría futbolístico-erotómana, brillante y lírica. Yo he sido más prosaico, y además he llevado más lejos la idea de alinear a un conjunto femenino con esas mujeres del limbo de la fama que se pasean por mis sueños: no me he limitado a eso, sino que he imaginado otro equipo, compuesto esta vez por algunos de los músicos de rock ya fallecidos que más alegran mis estanterías. Y todavía más: he buscado entre montañas de polvo el viejo diskette pirata del Sensible Soccer, lo he instalado, y esta mañana he enfrentado a ambos equipos en un memorable partido de fútbol. Esta es la crónica de ese encuentro.
Sí, no me mires así, ya había avisado que éste es, probablemente, uno de los posts más gilipollas que se hayan escrito desde que Bill Gates cogió su primer calculadora Fisher Prize. Y luego me quejo si algún amigo me dice que soy raro. En fin, estas son las dos alineaciones:
Pues vamos allá. El partido tuvo lugar en un estadio neutral, a medio camino entre la mansión Playboy y Graceland. Ellas, con ceñidos y minúsculos bikinis color carne, forman un equilibrada mezcla de sensuales actrices, pin-ups de distintas épocas y algunas de las pornostars más trotonas. Un equipo esbelto, inteligente, atractivo, que se lo regatea todo y dotado de una delantera de ensueño. Cabe aclarar que este equipo era manejado por el PC, que pocas veces ha tenido entre sus chips una selección tan selecta y bien surtida. Yo me he dejado las falanges dirigiendo las patadas, las cabriolas y manteniendo la pose de 16 viejas glorias del rock, sacadas a rastras de sus ataúdes y enfundadas en un chándal de luto con detalles dorados. Algún difunto papá del rock, dos ex-Beatles, guitarristas de ensueño y, en general, fantásticos yonquis terminales, suicidas y excesivos vividores.
La crónica en sí supongo que es poco interesante. Lo sé, que a mí también me la sudan las partidas que os echáis con el ordenata, viciaos, que sois unos viciaos. Además, en este juego todas son diferentes, y si volviera a enfrentarles el resultado se daría la vuelta seguramente una y otra vez. Así que me ceñí a un solo lance. Aclararé unicamente, en mi defensa, que una de las características del Sensible Soccer original es que los equipos tienen distinta calidad. El de las féminas lo creé sobre uno de los mejores de todo el juego, y me ganaban sobradamente en velocidad y potencia. Pero después de años sin jugar, me alegra ver que sigo en forma, que en este jueguecito, de chaval, yo era el puto amo, tron. Le tengo cogido el punto a los tiros con efecto desde el centro del campo, y no fallo casi nunca, cuando el contrario me permite hacerlo. En los remates a bocajarro solo contra el portero soy penoso, y en las carreras por la banda me dejo el balón atrás casi siempre. Lo mío, pues, son las jugadas ensayadas: churros desde lejos, y remates de volea a lo loco, con la cabeza o con el tronco, eso es lo de menos. Las Pin-ups más o menos al contrario: cuando una lleva la pelota, son esquivas, ágiles e imparables. Todos sus goles menos uno fueron desde dentro del área, con elegancia, al poste cruzado. Estuvo verdaderamente reñido. Acabé remontando y gané, exhausto pero orgulloso, por 6 a 7. El tiempo real del juego fueron veinte minutos, en los que tuve tiempo de tomarme el desayuno y escribir a mano el resto de estadísticas, que he escaneado para la posteridad:
Aunque evidentemente soy poco objetivo, creo que el mejor jugador del partido fue Kurt Cobain, el dichoso mártir del grunge, que no sólo se hinchó a goles, empatando con la grande, enorme delantera (de) Tura Satana, sino que hizo un poste y se movió p’arriba p’abajo como si estuviese galopando a lomos de un caballo blanco. Además, el primero de sus aciertos fue una volea de cabeza desde fuera del área, cruzando el balón a la izquierda de la portería, realmente bonito y que me sale una de cada cincuenta veces. Lennon tiró un zapatazo al larguero, y las Pin-ups me robaron tantos balones que alguien debería encarcelarlas.
Sirva esto como homenaje a todas esas mujeres rumbosas, a los grandes rockeros que se quedaron atrás, y al Sensible Soccer, uno de los mejores videojuegos de toda la historia. Ñoras ñores, saludo jordiales, y hasta la próxima estupidez.
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