(NOTA: este es uno de esos posts de información personal que tan poco me gustan... pero que tienen su gracia, sobre todo para uno mismo, para cuando lea esto dentro de un tiempo).
He tenido el blog parado, porque no he tocado un odenador en toda la semana. Largo periodo de desintoxicación y vacaciones... ¡¡9 días enteros sin ver la cara a mis jefes!!
No he hecho gran cosa en este periodo Santo. Por supuesto, no he cometido ningún pecado, apenas tres o cuatro cosillas veniales que hasta San Pedro comprende y disculpa; no he comido carne, y eso que una noche se me puso a tiro una joven hermosa y célibe; he ido a multitud de procesiones de un bar a otro, sujetando cirios de cristal rellenos de sangre de Cristo (con cocacola generalmente); mi via crucis particular ha sido algo de ruralxplosion por distintos pueblecitos de la Sierra de Madrid (de la Pobre a la Rica), visitando bonitos y sacros lugares, y durmiendo más de día que de noche; he dedicado largas horas a la reflexión y a la comunión con amigos a los que hacía tiempo que no veía; he leído salmos de Enrique Jardiel Poncela (al que vengo descubriendo con bastante retraso, aunque nunca es tarde, se dice) y versículos de modernos literatos norteamericanos variados; he escuchado sentidas saetas de mis músicos adorados habituales, y descubriendo el disco de The Kleptones, unos señores que pinchan con maestría sampleados de rap sobre bases de los Queen, que me han gustado mucho (por cierto, puedes descargar el disco desde alguno de los enlaces que citan aquí), o reencontrándome con Pasión y fervor religioso a Neil Young o Tom Petty, que nunca cansan y siempre causan gran gozo; he limpiado afanosamente, todo sea por la pulcritud de la Inmaculada, la casa de mis padres mientras nadan en Levante, especialmente su nevera y su mueble bar; y como ciudadano de bien, me siento en Paz con Dios.
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