El canal de televisión privado TeleCinco, que en tiempos fue nuestra pantalla amiga, no deja de sorprendernos, inmerso como está en una espiral de arrojar basura sobre la basura de la infrabasura, saturado de la mañana a la noche de los mismos cantamañanas que ellos mismos fabrican y alimentan en el chalecito de Guadalix, y justificándose continuamente escudados en ese bochornoso liberalismo y progresismo en sus telediarios; en fin, ésa cadena, decía, pues no deja de redescubrir su propia tontería y creerse sus sandeces, y después de contar a su anonadada audiencia las relaciones entre el mundo rosa con la prostitución, el fútbol, la masonería o el franquismo indistintamente, pues este fin de semana rizan el rizo, y en sus cortinillas de autobombo nos amenazan con sacar a la palestra todos los trapos sucios y marujeos petardos que nos quepan sobre... ¡¡DIOS!! No sé si habéis visto los anuncios, pero estáis a tiempo de degustar el momento histórico en sí y conocer toda la verdad, el sábado por la noche, en el maravilloso programa TNT. Pena que no vaya a verlo, porque tengo un par de cosas mejores que hacer (rascarme la nariz e irme de viaje a Logroño a visitar a una amiga), pero aunque sea yo agnóstico confeso, recomiendo encarecidamente este hito catódico, donde Jesucristo será de nuevo vendido por tres monedas de oro, y puesto a la altura de un Pocholo o una Marujita Díaz.
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