Salen cada dos por tres en Tele5, tu pantalla amiga, normalmente no revueltas, porque al parecer se llevan bastante mal (o eso nos dan a entender cuando se ponen delante de una cámara previo pago), y normalmente con menos ropa entre las cuatro de la que haría falta para vestir a una Bratz. Nunca sabemos cuántas prendas se les van a caer, cuánto más van a enseñar, quién de ellas va a decir la mayor barbaridad (ok, lo que dicen es lo de menos) o qué tienen pactado esta vez. Estamos hablando de este cuarteto:
Por si todavía queda alguien ahí detrás que de verdad no siga los vericuetos que nos brinda la telebasura en horario nocturno (aunque sea sólo de vez en cuando), y necesita presentación formal, pues ellas son, de teta izquierda a teta derecha: Nuria Bermúdez, Sonia Monroy, Malena Gracia y Yola Berrocal, aquí un visitante de nuestro blog; visitante de nuestro blog, aquí las cuatro musas del Dígame...
Esto del Dígame lo hemos puesto para acortar el título del post, y en homenaje a la revista que editó, hasta que le fue expropiada, el malvado magnate, coleccionista de arte y abogado Emilio Rodríguez Menéndez, quien inició una cruzada contra estas y otras explosivas muchachas, acusándolas continuamente de prostitución y cosas peores, desde la citada publicación. Pero poco nos importan las habladurías y el pasado de estas mosqueteras del caucho, ya que lo que valoramos en ellas es cuanto salta a la vista. Única y exclusivamente. Lo que tienen y todo eso que se han puesto en el quirófano.
Pocos datos biográficos podemos dar, por no decir ninguno. Sabemos que DYC las crea y ellas se juntan, y así formaron un conjunto llamado Sex Bombs de excasa repercusión musical; que se las asocia a las orgías que organizan los equipos de fútbol importantes; que deben ganar dinero a expuertas enseñando a carne o con su mera presencia en saraos y late-nights cañís; y que probablemente harían cualquier cosa por dinero.
Quede así manifiesto nuestro sentido homenaje a estos cuerpos de plástico, patrios, irreales, televisivos. A estas señoritas orgullosas de su condición de mujeres-objeto, cuyas capacidades intelectuales no ponemos en duda, pero que ni hacen uso de ellas ni nos importa a nosotros. Que nos gustan así. Que están muy buenas.
(Nota: Para aquellos que hayáis llegado aquí a través de Google, buscando saciar otros instintos, os informamos que este detalle de lascivia que nos ha arrastrado en el día de hoy, no se suele repetir por aquí, y tratamos de llevar un rollo de más clase y menos populista, de cara a la galería. Puede que encontréis más información sobre lo que buscáis, continuando vuestro paseo virtual por aquí: Nuriaber - la Monroy - Malena - Yola).
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