Yo me encuentro entre los primeros, como se denota de la enrabietada frase introductoria. Crecí devorando las aventuras del superhéroe español y sus torpezas, sus defectos, su grandeza, su colección de villanos, de protagonistas, secundarios y terciarios, los paisajes y la arquitectura dibujados por Jan, una de las personas con más imaginación aplicada al cómic que yo he leído jamás. Dentro de un registro cómico (siempre), su derroche de imaginación, efectos visuales y detallismo yo los compararía a los de un Moebius o un Steranko, y me quedaba tan ancho.
Pero no voy a hablar aquí hoy de Super López, ni a glosar la figura de JAN, sino que citaré los lugares que más me gustan de la Red, antes de entrar en el tema del artículo. Recomiendo por supuesto la página personal de JAN, la página escarolitrópica-gmnésica, el chupótero foro, una completa y bonita (aunque algo desfasada) entrevista con Jan, y una curiosidad, un corto de animación de casi tres minutos hecho por un fan, a la espera del estreno de la película que supuestamente está rodando Javier Fesser.
Al margen del maravilloso e incomparable (aunque desde hace lustros cayendo en picado) Super López, Jan tiene una ingente cantidad de material publicado aquí y allá, desde finales de los años cincuenta hasta la fecha, como nos cuenta él mismo, apoyado en abundante e impagable material gráfico (incluso inédito), en su autobiografía. Del material que yo conozco, aparte de Super López (que tengo casi completo, y lo que falta se andará), tengo páginas de Jan arrancadas de viejos mortadelos y similares, de personajes como Cab'Halloloco, Los últimos de Villapiñas y algún otro, de las viejas revistas "Al ataque" y "El Chou" (aquella especie de El Jueves basado en los programas de Alfonso Arús, por qué no guardaría esas cosas en lugar de recortarlas, en fin...) donde dibujaba con seudónimo, tres o cuatro tebeíllos de Pulgarcito (colección Olé) y por supuesto el altamente recomendable Superióribus (que primero fotocopié de las páginas de los tebeos de mutantes de Forum, y de repente un día lo publicaron completito en tomo, pues mira qué bien). Incluso tuve de pequeñín, y lo perdí tiempo después, unos valiosísimos libritos animados (es decir, de pasar las hojas rápidamente con el dedo gordo para ver los dibujos en movimiento) de una colección llamada TeleCómic, que representaban diferentes especialidades deportivas, dibujados por Jan, que compré en la feria del libro de Recoletos y que no he vuelto a ver por ningún sitio, como éste de aquí al lado. En fin, suficientemente friki, ¿no?
Pero si algo atesoro del genio catalán, es el tomito "LASZIVIA", el raro trabajo para adultos y de corte erótico que realizó para la editorial Norma en 1984, y que fue publicado como el número 16 de la colección Cimoc Extra Color. El único trabajo para mayores de edad que ha dibujado nunca, y paradójicamente uno de los mejores trabajos que tiene, coetáneo y a la altura de "El señor de los chupetes" o "La caja de Pandora", por ejemplo.
Siempre con sorna, ironía, crítica y un montón de mala leche, narra las desventuras de una patrulla espacial en misión de reconocimiento de un planeta recién descubierto, en un disparatado futuro lejano. El planeta se llama Laszivia, tiene forma de mujer desnuda, y en las distintas partes de su orografía "corporal" se sitúan distintos países, basados en los siete pecados capitales (Lujurizia, Gulizia...), y cada uno de ellos con unos habitantes muy particulares, con su particular forma de vestir, su arquitectura, sus costumbres... En la detallísima decoración y figuración de cada uno de los lugares es donde Jan abruma con su desbordante imaginación.
Los disparatados componentes de la nave no tendrían nada que envidiar a los de El enano rojo: el Capitán Rayón (que, curiosamente, ahora que lo pienso se da un aire a Zapp Brannigan), un modosísimo cabo primero totalmente homosexual (¿Kiff?) y una tropa de muy salidos guerreros, que se pasan el día satisfaciendo sus bajos instintos, bien sea con los orificios del cabo, bien con el mapa en 3-D de Laszivia (ejem, una muñeca hinchable con vida artificial).
En definitiva, un derroche de imaginación y cachondeo, que mezcla mucha fantasía, ciencia-ficción, crítica de los más bajos defectos humanos y cantidades ingentes de erotismo de cartoon, en un tono definitivamente muy poco serio y muy gamberro.
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