Salud, y saludos.
Es sábado por la tarde. Acabo de llegar a la casa que me vio nacer, a echar un rato con la familia. Sigo de vacaciones, más o menos. En realidad no me he ido de mi ciudad, ni tenía ningún plan especial. Estos días que me han dado en la oficina me han venido por sorpresa (me quedaban del año pasado), y no he hecho más que levantarme y acostarme mucho más tarde, pasar más tiempo con los/as amigos/as y allegadas, y dedicar esa atención paciente y feliz que casi nunca podemos dedicar como quisiéramos a las pasiones solitarias (qué mal suena...): la lectura, el cine, la música o los sencillos paseos, lentos, sosegados, de jubilado, fijándome en lo que nunca nos fijamos. Y el caso es que ya es fin de semana, de hecho ya se acaba, así que las vacaciones en realidad han terminado.
Decía que estoy en la casa de mis padres. Tienen ordenador con Internet, así que echo un vistazo a FRUNOBULAND, que me puede la curiosidad por saber si alguien habrá escrito algo ante el explícito reclamo del martes, ajeno como he estado, en cura de desintoxicación virtual, durante estos días de (merecidísimas, vive dios) vacaciones.
Enciendo el ordenador hace unos segundos, y me encuentro con que dentro de esos paréntesis al lado de "sabios han hablado", hay un dieciséis, en este momento. Tengo que actualizar varias veces para descubrir que no es un error. Froto la pantalla a ver si en lugar del seis es un moco pegado o algo. Y no, parece que es verdad que hay gente que lee estas cosas que un día me dio por empezar a compartir. Y tantos comentarios es mucho, pero muchísimo más de lo que esperaba. Quince visitantes (sin contar esa otra versión de Zeros) en tres días, que además de haber visitado este blog intecionadamente, confiesan que lo tienen por costumbre más o menos habitual. Y además dicen cosas positivas sobre todo esto.
Pues yo estoy que no quepo de gozo, e intentaré que por aquí haya cosas interesantes con que encontraros para leer. Desde la oficina, desde casa, el locutorio o desde donde sea que paséis por aquí. Que para eso el saber no ocupa lugar. Yo aprendo y disfruto con vuestros blogs (los que ya conocía, y los que he conocido ahora), y espero que dure, y poder intercambiar opiniones, pues es una pasada, ¿no? (¿Lo ve, padre, como Internet no tiene nada de malo?)
Mil gracias a todos, de corazón. Y abrazos, besos o aséptico choque de cinco, a cada uno lo que quiera, de mi parte y de los otros cazurros.
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