"- ¿Ha bito "La piel que habito?". "- No, no la he bito". "- Yo tampoco la he bito". Pues yo ya la he bito. El Almodóvar más retorcido y asfixiante hasta la fecha, pasa con nota su intromisión en el terror psicológico de autor. Imborrable la estampa de Elena Anaya disfrazada de cerilla. La historia es totalmente previsible, pero muy muy hermosa, no faltan sus chistecitos costumbristas intercambiables de una peli a otra, los bustos parlantes sexagenarios en las noticias, las notas de sociedad y los cameos de menopáusicas feas marca de la casa. Pero el resto es un Almodóvar nuevo y extraño, que me ha gustado bastante.
miércoles, 18 de abril de 2012
“La piel que habito” (Pedro Almodóvar, 2011)
"- ¿Ha bito "La piel que habito?". "- No, no la he bito". "- Yo tampoco la he bito". Pues yo ya la he bito. El Almodóvar más retorcido y asfixiante hasta la fecha, pasa con nota su intromisión en el terror psicológico de autor. Imborrable la estampa de Elena Anaya disfrazada de cerilla. La historia es totalmente previsible, pero muy muy hermosa, no faltan sus chistecitos costumbristas intercambiables de una peli a otra, los bustos parlantes sexagenarios en las noticias, las notas de sociedad y los cameos de menopáusicas feas marca de la casa. Pero el resto es un Almodóvar nuevo y extraño, que me ha gustado bastante.
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