martes, 13 de septiembre de 2011

La flor de mi secreto (Pedro Almodóvar, 1995)


Con ésta ¡Peeedrooorl! quiso rendir homenaje al respetable género de la novela rosa y picante de kiosko. La protagonista de la historia es Marisa Paredes, genial, que secretamente, en lo profundo de su flor (?), es la escritora destajista Amanda Gris, y fuera de la flor está más sola que la una, porque su marido es un importante militar destinado en Bruselas que encima le pone los chuflos con su mejor amiga, como sabremos más adelante. En éstas conocerá a un editor de El País, el Juan Echanove noventas, post-"pedete lúcido", fondón y borrachín, que al menos le hace compañía y la ayudará a salir adelante en mitad de esta crisis (incluso, trabajando como negro de su admirada Amanda Gris; o sea: de Negro de Gris). En casa de Marisa trabaja como interna una anciana muy salada, que resultará ser una extraordinaria bailaora, formando pareja con su hijo Joaquín Cortés, que tiene un papel la mar de simpático. Por ahí también está la hermana de la protagonista, Rossy de Palma, que vive con la madre de ambas, Chus Lampreave. La pareja cómica De Palma-Lampreave son una delicia, lo mejor de la película. El conjunto de personajes y situaciones conforma una historia correcta y entretenida, sin más, llena de guiños al arte de la literatura femenil popular, y donde Pedrito ya fue dando pistas de alguna de sus obsesiones más presentes en su ultimísima etapa: el regreso de la Capital al pueblo natal (que aborda abiertamente en "Volver" y creo que también en "Todo sobre mi madre", aunque ésta todavía no la he visto), la idiosincrasia y la profunda soledad de la MILF, el conflicto edípico... Siguen omnipresentes la telebasura ("Kika", creo, se sumerge en ello sin ambages, pero en todas o casi todas las pelis posteriores que ya le he visto hay al menos una escena de mesa-camilla telebasuril), el cutrelux, el Madrid bohemio, el puñetero trianguloamorosismo, el pop-art llenando cada rincón de las paredes, y todo eso. Y ahora no me acuerdo, pero en ésta hay varios detalles que recuerdan bastante a otras películas, como la escena inicial donde se hace alusión a una mujer en estado comatoso como en "Hable con ella", y varias cosas así que, insisto, he olvidado, que no estaba yo muy perspicaz ayer viendo esto, que los lunes son mis domingos y suelo estar medio muerto. Una peli maja, simpática, noventera hasta la médula, con personajes bastante menos histriónicos y marginales de lo habitual, que casi, de no ser por la intensidad, la música, los planos experimentales y las caricaturas humanas del reparto de secundarios, podría pasar por una comedieta de Trueba, Martínez Lázaro o Antonio del Real. Todo bien.

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