
En su afán por zornificar (no, no: zornicar suena mejor) todos los estilos musicales posibles, John Zorn acaba de publicar su largamente anunciado primer disco navideño. El judío Zorn ha compuesto o arreglado un puñado de canciones de Navidad. Y lo ha publicado en octubre. No alcanzo a entender si todo se trata de una ironía, cuál es el alcance de la broma, o si acaso Zorn ha querido homenajear de forma diáfana y sincera al maravilloso género de los (jodidos) villancicos. También es verdad que entre el villancico español y el norteamericano existe todo un abismo. Y que donde aquí hay panderetas, zambombas y críos vociferando de forma insufrible, los "Christmas albums" son una sólida y respetable tradición en Estados Unidos, y pocos son los músicos que no han hecho sus pinitos. Lo mismo Zorn se sentía en deuda con el género o algo así.
Pero el caso es que, envuelto en esa portada tan pizpireta y feúcha (que no es obra de un niño autista, ni de Trey Parker/Matt Stone, sino de Heung-Heung Chin, colaboradora habitual de Zorn, y autora por ejemplo de la maravillosísima ilustración para la portada de "O'o"), no hay otra cosa sino 9 estándares navideños, interpretados por una de las formaciones habituales del universo de Zorn: The Dreamers.
The Dreamers son el sexteto al que Zorn encarga aquellos compactos en los que prima el soft-jazz, el lounge, el primor y la delicadeza. El peso melódico lo llevan Marc Ribot y Jamie Saft, Kenny Wollesen al vibráfono y las campanitas celestiales que envuelven toda la obra, Trevor Dunn (Mr. Bungle) al bajo eléctrico, Joey Baron a la batería y Cyro Baptista a la percusión. Un poco los de siempre, pero aquí concentrados en esas atmósferas oníricas que sugiere el nombre del proyecto, y especializados en algunos de los discos más dulces de Zorn. Se estrenaron en "The dreamers" (2008), que significó el volumen IV de "Music Romance Series", otro de los cancioneros de Zorn (línea bajo la que publicó previamente otros tres discos sofisticados y magníficos, "Music for children", "Taboo and exile" y "The gift"; el volumen V, último hasta la fecha es el mencionado "O'o", de 2009; cuento todo esto más que nada para organizar también un poco tal despliegue y dispersión de grabaciones en mi cabeza). Como disco navideño, "The Dreamers Christmas" dignifica las fiestas y no me va a dar ninguna vergüenza ponerlo de fondo, pero la lista de canciones no deja de rendirse a los jingles de siempre (Winter wonderland, Sleigh ride, Let it snow!, let it snow!, let it snow!, Christmas time is here...), y es una cosa extraña escuchar a estos maestros del jazz rindiéndose a tales estándares de la culturar popular americana, sin estridencias, sin retortijones, simplemente jugueteando con el cancionero navideño más tradicional, con toda su ridícula ternura y su cascabel; ya digo que no dejo que entrever bastante ironía en todo esto. O eso espero. Lo único destacable, en mi opinión, de esta ligerita colección de jazz-jingles es la colaboración de un Mike Patton susurrante y meloso, emulando a Sinatra o Nat King Cole, en The Christmas song (Chestnuts roasting on an open fire), que cierra el invento.
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