jueves, 28 de septiembre de 2006

384. LUCHALIBRARIO #13

Wrestling Wars


© Simon Bisley.

lunes, 25 de septiembre de 2006

382. Lindsay Lohan y otras 31 cosas distintas



Llevo un tiempo sin actualizar. Me he venido a la biblioteca y he reservado una hora de internet, y voy a aprovechar para contar rapidamente 32 cosas por el precio de una:


01. Últimamente tengo un sueño recurrente en el que se me aparece Lindsay Lohan y me pide matrimonio.


02. He dejado dos trabajos en un mes. Ahora mismo estoy mano sobre mano, otra vez.


03. El juancuesta de ésta mi comunidad sigue dándome largas (lleva así desde marzo) y no dejo de pensar en cómo va a quedar mi piso cuando se decida a afrontar la reforma que me prometieron. Me tienen que tirar dos tabiques, repintar todas las paredes, reforzar unas tuberías y cambiar la instalación eléctrica entera. No es para tanto... Voy a ganar un huevo en espacio y en luminosidad, en calidad de vida en general.


04. Hablando de lo cual, la semana pasada me llegó a casa el catálogo de IKEA 2007 (el libro más leído del universo, sin duda; ni quijotes ni pollas). El universo IKEA es totalmente fascinante. Los muebles baratos, que se rompen con solo mirarlos, parecen atrezzo de "La naranja mecánica", y los accesorios están sin duda diseñados por teletubbies. Las fotos envían a mi cerebro mensajes desasosegantes; los libros de las estanterías están repetidos, desordenados y escritos en un lenguaje inventado; la paleta de colores que usan sólo existe en IKEA y en Venus; sus eslóganes causan escalofríos. Por no hablar de las tiendas IKEA en sí... Por no hablar, pues no voy a hablar. Si envían a domicilio, me voy a comprar una estantería Lâck y un chaiselonge Grùnflünsk.


05. Me he comprado un pez betta precioso, azul con tintes morados. A su lado, los cinco pejesapos naranjas que ya tenía en la pecera parecen aún más feos. El nuevo es hembra, y la he llamado Janis Joplin (todos mis peces tienen nombres de estrellas de rock fiambres). De momento está muy marginada por sus compañeros de piso, pero yo creo que es por envidia. Me encanta cómo tengo la pecera. Compré también el otro día un motor nuevo y un par de plantas (una de ellas flotante), y el agua está cristalina, preciosa, desde hace quince o veinte días. Con mi pecera tengo una relación especial, porque aparte de estar enseñando a los peces a hacer coreografías y pasármelo pipa, considero su observación mucho más interesante que, por ejemplo, el programa de Punset. Los peces, a pesar de su cortísima memoria, no son tontos: me observan, detectan cuándo me aproximo, saben cuándo les voy a dar de comer o sólo les estoy vacilando... Algunos de ellos tienen ya diez meses. Al poco de comprar la pecera (los primeros que tuve fueron Zappa y Mercury) metí dentro un dado amarillo de seis caras que había por casa. Y con el movimiento del agua y el deambular de los peces, gira y revolotea por el fondo acuático. Cada mañana, antes de salir a la calle, miro el dado. Y estoy seguro que la puntuación que me muestra tiene algún significado. No creo que sea algún tipo de mensaje vaticinador, no creo en esas cosas. De hecho, mis días son todos igual de insulsos y poco interesantes últimamente, ya "saque" la pecera un 1 o un 6. Pero creo que los peces se intentan comunicar conmigo a través del dado. O me indican la cantidad de comida que quieren. No estoy seguro. Estoy investigándolo.


06. Ha salido a la calle un nuevo número del fanzine Sickfun, que me gusta mucho y sigo desde el principio. Es un 'zine más o menos entroncado en lo que se ha dado en llamar la "cultura del apocalipsis" (muerte, sexo, violencia, arte enfermo, eutanasia, asesinos en serie y ese tipo de cosas), y trae entrevistas y artículos bastante interesantes. Lo han publicado en formato libro, y aunque no figura en portada viene a ser el número 4, si no contamos los minicuadernillos que publican todos los años coincidiendo con el festival de cine de terror de Donosti (de los que han sacado al menos 5). No es que me considere un fanático de este tipo de temas. De hecho, algunos abanderados "artistas" de la provocación adscritos a esto de la "cultura del apocalipsis" me parecen un poco gilipollas y muertos de hambre. Pero el fanzine me descubrió en su momento bastantes cosas y puntos de vista sobre el mundo muy interesantes. Este número en concreto repite dos o tres artículos, pero tiene más de 100 páginas inéditas estupendas, que hablan sobre o con Miguel Ángel Martín, Mike Diana, Peter Sotos, Trevor Brown, Romain Slocombe, Joe Coleman, Suehiro Maruo, cine raro, conspiraciones idiotas y teorías estrafalarias. Lo mejor, su dossier sobre fanzines y publicaciones apocalípticas del mundo entero, que es histórico. Aseguran que van a reformar su web y que pronto dará que hablar.


07. No leo muchos libros. Apenas sigo a los típicos "escritores malditos americanos" actuales (Coupland, Ellis, Saunders, Palahniuk, Chabon, Auster, Carver...) y aquello que me dicen, las fuentes habituales, que hay que leerse para ser un poquito más guay acabada la lectura. No tengo nada que recomendar.


08. Hace mucho que no veo una película que me guste. Sigo tapando agujeros en cuanto al cine clásico, la ciencia-ficción y los monstruos de los ‘50s, porque al lado de mi casa han abierto un videoclub con cosas de importación que está de puta madre y me hace precio de amigo. Sigo fiel al cine fantástico mexicano y al terror de todas las épocas, porque cada vez tengo más claro que ya está todo hecho y que culturalmente vamos cuesta abajo. Hay que inventarse un décimo o undécimo arte, pero ya. No se hace nada nuevo por ahí que me llame la atención. O no miro hacia el sitio adecuado, que también puede ser. Todo el mundo dice que lo mejor viene de Asia, pero es que yo con cosas como "El sabor de las sandías", lo de Kitano o Miike, es que no puedo, no me entra, con pocas excepciones.


09. Me compré hace poco el DVD de "El odio", que por fin existe en castellano, y resulta que los extras no son ninguna maravilla. No recomiendo la compra, aunque quien no conozca la película no sabe lo que se pierde.


10. En la tele, lo que más me ha gustado últimamente son los documentales que estrena Canal +. Como siempre. Un "Películas de medianoche" dedicado al cine golfo de culto de los setenta (los primeros trabajos de John Waters o David Lynch, el estreno de "Rocky Horror picture show"...) y su repercusión en la cultura popular; el maravilloso "Dentro de Garganta profunda", que no tiene desperdicio de principio a fin; "Cuando España se desnudó", de Manuel Romo, sobre la era del destape y el porno soft clasificado "S"; el DOK biográfico sobre David LaChapelle y su propio trabajo sobre la nueva cultura de baile negro underground...


11. El último tebeo que recuerdo haber leído ha sido de Pafman, con el que me parto el culo, y un Mortadelo que dejó mi hermano pequeño al lado del váter.


12. En el Canal Viajar vi un reportaje sobre islas privadas en las que viven millonarios, absolutamente impresionante. A alguna de ellas no me iría ni aunque me la regalaran, lo juro, ni siquiera una semana al año; pero había una isla en mitad de los Grandes Lagos canadienses, con un palacio de estilo victoriano de tropecientas habitaciones, que me parece el mejor sitio para vivir del mundo entero. Y está en venta. También vi un documental sobre la historia de la playa en dos partes (en el canal de Historia) que estaba de puta madre. Un repaso a casi todas las costas del mundo en imágenes de archivo. Desde los más románticos primeros pasos del surf en blanco y negro, pasando por la moda del traje de baño bizarro, hasta el apocalíptico momento actual de absoluta destrucción del ecosistema marino en favor del ocio de las gordas verduleras en Levante, que cuando pienso en ello me hace odiar un poco más a la raza humana. Por cierto, que este verano, estando yo en Torrevieja, asistí a un episodio de vergüenza ajena multitudinaria, cuando un grupo de unas diez o doce focas monje en trikini cortaron la carretera junto al paseo marítimo innundándola de algas y manifestándose durante tres días para que el señor alcalde limpiase el mar, porque no podían remojar sus carnes a placer. De verdad que hay veces que me siento un marciano. A mí es que me gusta muchísimo el mar, y ver la playa llena de gilipollas me saca de quicio; pero que encima esos gilipollas exijan que se elimine la vida marítima para que puedan retozar a gusto, me dio ganas de matarlas a todas. Por si la manifa de gordas en traje de baño no fuese suficientemente patética y paradigmática de la subnormalidad de la maruja carpetovetónica cuando está de vacaciones, en un momento dado, justo cuando yo pasaba por allí camino del puerto, uno de los conductores atrapados en el atasco perdió los nervios y salió del coche con una pistola en la mano, en una escena sobrecogedora que recordaba al reciente episodio de El Ejido. Lamentablemente, la pistola resultó ser de juguete. Al hombre se lo llevaron arrestado, y al día siguiente Neptuno cedió a la presión de las putas veraneantas, dio rienda suelta a sus poderes de resaca y las playas amanecieron sin algas. Todos fueron felices y comieron chanquetes en el chiringuito. La mayoría de la Gente es imbécil.


13. El mundial de baloncesto le quitó protagonismo en mi sofá, por esta vez, al de snooker. Me lo he perdido. ¿Alguien sabe cómo acabó?


14. He hecho todo lo posible por ponerme al día musicalmente, que estaba un poco perdido. Le he dedicado muchísimos esfuerzos a escuchar a los nuevos grupos famosos que nos amenizan la existencia con sus gorgoritos: The Pipettes, Sufjan Stevens, I’m From Barcelona, The Killers, Arctic Monkeys, The Spinto Band, AFI, Final Fantasy... Lo he escuchado todo, y vaya colección de porquería. La verdad es que de esta “nueva ola indie que no cesa” de los últimos años, lo único que me ha molado de verdad fue el primer disco de los Strokes, casi todo lo de White Stripes y Kings Of Leon. A estos sí que les tengo en un altar. El nuevo y aún inédito de Beck tiene muy buena pinta, aunque sólo lo he escuchado una vez. El de Bob Dylan es la polla, también. Tom Petty y Neil Young han tropezado estrepitosamente. Franz Ferdinand y todos sus imitadores me parecen una mierda gigantesca; The Libertines y compañía dan ascopena; The Kooks merecen una muerte lenta (deberían matarles los de Supergrass a pollazos); de Peaches me gustaba ése en el que salía con barba en la portada, en el que cantaba Iggy Pop, pero lo último no hay por dónde cogerlo; me da miedo escuchar lo nuevo de Hefner, Sonic Youth, Yo La Tengo, Lemonheads o Dinosaur Jr. (que vuelven, todos), porque seguro que me decepcionan también. No vuelvo a hacer experimentos, y mejor sigo calladito con mi E-Mule descubriendo cosas de los sesenta y completando discografías de los que sé que no me van a decepcionar.


15. De todo lo que echan en las teles públicas sólo veo Matrimonio con hijos (es una mierda, flojísimo y no me he reído ni una sola vez, pero no sé qué tiene que me engancha, y lo veo siempre. Supongo que estoy cegado por el espíritu de la serie yanqui original, y al menos sé que no va a haber triángulos amorosos ni moralina gilipollesca), Cuarto Milenio y Buenafuente. Me río mucho con ambos, lo confieso. Y Gran Hermano 8. Siempre que empieza una temporada de GH intento engancharme sin mucho éxito, tratando de regocijarme en el morbo más recalcitrante. Pero este año, por no haber, no hay ni tías buenas, y ya me estoy desanimando tras la primera expulsión. El reality de Pocholo en Ibiza también es impresionante, y lo veo semana tras semana con la mandíbula desencajada.


16. En Oink!, mi amigo invisible Rafa Piltrafa habló muy bien del recopilatorio de country que hice en el otro blog (el principal, el que tengo parado desde hace medio año). Y ya roza las 200 descargas en Rapidshare. Me hace mucha ilusión, aunque en realidad nunca sabré si alguien se lo ha escuchado.


17. Crazy Japan también habló muy bien de este mismo blog en general, y me puso igual de contento. Me gustaría actualizarlo más a menudo y estar a la altura, pero no tengo mucho tiempo ni medios al alcance.


18. Entre los comments del otro blog hay gente que me pide que vuelva a colgar los CDs recopilatorios que hice en su momento. Lo tengo en mente, y será lo primero que haga cuando tenga internet en casa, si es que ese día llega. También en esos comments, un día me dejó un mensaje una chica desde Bristol, que me puso en contacto con un viejo amigo del cole, que tocaba la guitarra en un grupo que montamos (yo cantaba) y que ahora parece que se dedica en serio a la música. Por lo visto el único que perdió el tiempo de los cuatro soy yo (el batería ahora canta en Pereza, y el bajista toca en una banda de versiones en una sala madrileña casi todas las semanas, y cobra por ello, qué envidia). Por si alguien alguna vez quiere seguirnos los pasos y hacernos un panegírico o algo, debo decir que yo a veces me siento al piano e intento componer baladas de éxito, pero no me sale nada interesante. Aún así tengo dos canciones escritas que están muy bien. El problema es que requieren una orquesta de cuerda de 375 miembros, un órgano de tubos de catedral, un ejército de percusión y un orfeón para ejecutarlas.


19. Cada vez me gusta menos el Pegamin. Supongo que es por la falta de feedback con la gente de allí. Hace más o menos un año me lo pasaba pipa, y aunque lo hecho de menos ahora no sigo los culebrones de los comments, me siento fuera de lugar y me pierdo. A ver si me pincha un poco Ender, porque me aburro.


20. Xabi BenPuta ha empezado un blog nuevo en el que se desahoga por las noches, empeñado en hacernos partícipes de sus pataletas anti-todo. Espero que cuando pase la novedad, se sosiegue y se encarrile, empiece a escribir cosas interesantes y menos espesas, porque a mí me sigue gustando su estilo, siempre lo he dicho.


21. Zyklon-B Jr., ese entrañable malote que lleva años soltando aspavientos de la lista de MB, se ha rebajado intelectualmente hasta el punto de empezar a escribir un "puto bloguito de los cojones". Hasta ahora ha hecho un dossier sobre una malvada dirigente de los campos de exterminio nazis (que muy a su pesar no ha llegado a tiempo para el nuevo número del fanzine Mondo Brutto, tsch, tsch) traduciendo cosas de Google, y un Manifiesto descacharrante, que bien pudiera haber redactado el Yoyas de Gran Hermano, Txapote o el Cojo Manteca. Ya lo tengo entre los favoritos.


22. Si es que hasta Galactus ha empezado un blog, del tipo "de emepetreses". No tiene texto, sólo discos extraños de folklore bizarro para descargarse.


23. Darío Vico, padre del Pegamin y la baja más dolorosa de la lista de MB, ha vuelto al ciberespacio. Dice que va a matar poco a poco su blog en una cuenta atrás, y se dedica a cagarse en los miembros de MB haciendo de cuando en cuando posts fantasmas que se autodestruyen una vez causado el daño. A Vico sí que no puedo dejar de tenerle cariño, y añoro sus patadas en los cojones en verso, pero esa obsesión por las soflamas en contra del “ocio friqui” que nos rodea, de verdad que no la entiendo. Yo no perdería ni un segundo en reflexionar y criticar las cosas que no me interesan, y menos cuando mi comportamiento y el tiempo destinado a mi ocio (de otro tipo, quizá con mayor coartada intelectual pero en realidad repleto de clichés bastante cercanos) fuese idéntico al del colectivo que recibe mis puyas.


24. Pedro Calleja, antaño pope del cine de serie Z, maestro entre maestros y pionero del fanzine, desde que empezó a dirigir porno gonzo también ha empezado a desvariar en un blog en el que publica haikus, poesías y cosas rarísimas (aparte de breves ensayos sobre cine erótico que sí son muy legibles y geniales). Lo tengo en los feeds al lado del blog de Dildo de Congost, un ídolo caído, que ahora escribe sobre sueños, masturbación, el sexo de los ángeles, y cosas de un cariz intelectual entre lo humano y lo divino. Cómo pasan los años.


25. Sigo sin acceso a internet, y sólo puedo actualizar de Pascuas a Ramos, cuando voy a casa de mis padres o tengo que ir a un locutorio paki a vaciar de spam el correo. Antes de final de año me quiero comprar un buen equipo y pillarme una buena conexión, porque me siento idiota, enganchado a esto pero sin poder recibir una dosis digna desde que soy ex oficinista.


26. Tonto el que lo lea.


27. Es curioso cómo el hip-hop combativo y radical ha ido ocupando, disimuladamente, el lugar que antaño ocuparan Enrique y Ana y Parchís.


28. Al salir de casa esta mañana me he encontrado tirado en la escalera, junto a una bolsa de basura, un pack de 6 DVDs sobre la historia del jazz en 12 episodios ("Jazz, la historia – Un film de Ken Burns"). No sé qué hacía ahí, pero el caso es que están todos los DVDs, y se ven perfectamente. No veas qué ilusión.


29. El sábado pasado, cuando tuvo lugar la Noche Blanca madrileña, coincidió que había quedado con unos amigos a tomar unas copas. La calle Fuencarral estaba abarrotada de modernos luciendo peinado, y estuve un rato viendo a Vive La Fête, después de echar un mus en mi casa, que ganamos I. y yo por tres vacas a cero. La cantante estaba como un tren, con su top de talle de avispa y su falda-cinturón. La música que hacen no la comprendo, pero movíamos la cabeza atravesando a la masa de gente para no quedar mal. Vimos a Julio Ruiz, el de Discogrande, solo y apoyado en una valla. La empresa en la que trabaja una amiga mía organizaba una cosa de grafiteros en el Paseo del Prado, así que estuvimos un rato por allí deambulando. Vimos también una exhibición de breakdance, unas tías disfrazadas de flores, proyecciones en los edificios y hooligans del Real Madrid golpeando el mobiliario. Me gustó mucho la instalación fantasmagórica sobre la fachada del Palacio de Linares, pero para la próxima vez tienen que montar un túnel del terror dentro, con un Tierno Galván ahorcado y una performance del Duque de Feria. Eso sí que sería histórico. A los museos no fuimos. Si no vamos de día, por qué vamos a ir de noche, pudiendo emborracharnos. En fin, que había cosas (y sobre todo colas) por la calle, y molaba. A mí es que Madrid me gusta mucho, y hasta mis padres habían salido por el centro, que llevaban más de 15 años sin bajar por aquí a tomar algo, así que sólo por eso y por caminar por mitad de la castellana, bastante chuzos y rodeados de niños y familias enteras a las 3 de la mañana, ya creo que valió la pena.


30. Me he pasado al whisky S&G que venden en el Dia. Como ando escaso de presupuesto, y vale 4 €, lo compraba y lo escondía en el mueble bar. Un amigo lo vio durante el mus, y me aseguró que en realidad es JB cutremente embotellado. Otro empujoncito para sobrellevar esto de ser tan pobre y miserable.


31. Coño, ahora que lo pienso queda poco para Halloween... La noche de Todos los Santos a mí me gusta más que a un teenager de Wisconsin, y aunque este año cae entre semana, voy a hacer una fiesta de disfraces en casa y meteré arañas de coña en el ponche. Qué risas. Ya tengo un objetivo en la vida.


32. Esta mañana estaba buscando una cosa en el ordenador, cuando me he encontrado con un archivo llamado "cuento.txt", muy entrañable. Creo que es un cuento que escribió mi hermano. Y si es así, he calculado que lo tuvo que hacer cuando tenía 10 ó 11 años. Es magnífico, así que termino este post con ello:

«EL HUESO MAGICO

Juancar y su pandilla fueron a un a tienda de animales, vieron un hueso que les pareció especial para el museo que iban a ver.

Pero no lo puedieron ver porque se perdieron por culpa de una piña que a Noemí le parecía muy bonita.

En el bosque se le cayó el hueso mágico a Juancar por un acantiladillo, Rinti fué a por el y cuando lo iba a coger olió algo.

¡Era un cofre! pero... ¿qué tenía?: Joyas, joyas, anillos, diamantes, collares y muchas monedas de oro y plata.

¿Pero qué había al fondo?. ¡Un mapa!. Y se fueron a su casa cada uno.»

domingo, 3 de septiembre de 2006

381. Andrés Montes



Considero que ya hemos dejado pasar suficiente tiempo como para que haya quedado consolidado el último canal de televisión más o menos en abierto que ha aparecido hasta la fecha en nuestros televisores: La Sexta. Yo aún no tengo muy claro por qué decidieron bautizar de esta manera a su engendrillo: bien para que todos anduviésemos como locos a sintonizarles en el número seis de nuestros aparatos, desbancando así a la autonómica correspondiente; bien para que la situemos mentalmente ipso-facto muy cerquita de esa fosa séptica que es Canal Siete; o bien como una manera finolis de promocionar la siesta, como una especie de juego mnemotécnico subliminal. Pero en cualquier caso, las cabecitas pensantes que andan detrás de este infame desbarre herziano han conseguido meter a presión en mi corazón unos cuantos minutos de su programación, gracias a uno de los mayores titanes de la locutorización estatal: el Maestro Andrés Montes. Pero vayamos por partes.

La Sexta es un lugar de diversión sin fin, al alcance exclusivamente de: a) los habitantes de las capitales españolas que consiguen captar sus ondas a través de una espesa niebla estática acompañada de zumbidos ensordecedores y en batalla constante con las interferencias de Batiburrillos del Tuétano-TV; b) aquellos gilipuertas que se lanzaron como alma que lleva el diablo a comprar una cajita de zapatos TDT, gracias a la cual nos siguen prometiendo que en unos años podremos realizar viajes en el tiempo y en el espacio (yo apuesto todo lo que tengo a que en cuestión de semanas acabará en todas las casas sepultado bajo montañas de polvo, junto al radiotransmisor de bolsillo naranja de la abuela, que en paz descanse); y c) los sabios y atractivos sibaritas que nos abonamos en el pasado, elegante jugada (ejem), a la televisión digital de pago vía satélite. La última opción posible es asomarse a ese bar donde no entra nadie cuando uno baje a sacar la basura, porque sin duda ahí se ve La Sexta.

En este tiempo, decía, La Secta nos ha acostumbrado a esa imagen corporativa color moco, al logotipo más feo jamás concebido, y a un carrusel de disparates de bajo presupuesto que uno pueda imaginar. Desde su plató multiusos no se cansan de gritarnos cada cinco minutos que La Secta apuesta por el humor y la diversión ilimitada. El canal no emite informativos, ni cine, ni documentales, ni galas, ni programas musicales, ni infantiles, ni adolescentes, ni juveniles, ni adultos, ni geriátricos, ni debates, ni telerrealidad, ni series, ni culebrones, ni programas del corazón, ni ciencia, ni cultura, ni imaginación, ni nada que se le parezca: La Siesta sólo pone programas que hagan soltar carcajadas al espectador menos exigente. ¿Qué otra cosa se podría esperar de una cadena dirigida a golpe de talonario por una distinguida familia de payasos?

Me han contado, aunque no sé cuánto hay en esto de cierto, que su programación se inicia a mediodía con un ensordecedor ¡¡CÓMO ESTÁN USTEDEEEEEES!! Hasta esa hora, emiten repeticiones de los programas que estrenaron durante la primera semana de vida del canal. El resto del día, emiten también programas repetidos, que se diría que grabaron durante un maratón de encierro en el plató: un concurso de no-inteligencia (sino basado en adivinar cifras al azar) presentado por Micky Nadal; un programa de payasadas presentado por el payaso Milikito donde hacen el payaso Miliky (Nadal), Flo(fito), Pedro Reyes y dos o tres imitadores más (de humor improvisado en escena, con pruebas calcadas de los juegos que hacía yo en los campamentos de los boy-scouts cuando tenía 10 años); una lamentable reinvención de El Club de la Comedia que en tiempos presentara Milikito, mezclado con Operación Triunfo (ahora está conducido por Flo, los cómicos están adocenados en una academia de payasos, y concursan en una gala semanal para ver quién es más payaso: un expresentador de telediarios fascista o una cupletista en paro); y creo que dos o tres series americanas de los primeros noventa. Tienen grabados hasta cinco o seis episodios de cada programa, y los colocan al buen tuntún en la parrilla de programación semanal.

A mí me da un poco de pena, porque a priori la promoción nos hacía saltar chiribitas de los ojos. Todavía se ven carteles en los descampados con El Gran Wyoming, Flo, Micky, Miliki, el de los Toreros Muertos, las megaestrellas de la Hora Chanante, etc. sujetando camisetas de la selección de fútbol de la cadena. España entera, harta de ver a analfabetos de Gran Hermano acaparando poco a poco toda la programación de las demás cadenas, como una plaga de moho que se extiende sobre unas natillas, pensaba que por fin se iba a poder relajar y echarse unas risas durante la cena. Pero su obsesión por escatimar presupuestos, repetir programas, fórmulas y payasos consortes y por darnos el coñazo con tanta publicidad-basura, han convertido a La Sexta, en mi opinión, en una especie de “No te rías que es peor” ininterrumpido durante las 24 horas día. Hasta la fecha, los hitos que ha conseguido este canal grabar a fuego en nuestras retinas son cuatro: a) Urdazi dando vergüenza ajena; b) una presentadora borracha en sus madrugradas; c) el impagable spot-basura de "¿Quieres rapear con tu móvil?"; d) Opá, amo a po e mundiá.

A propósito del punto b), parece que La Siexta ha conseguido un éxito mercantil real. No sólo emborrachando a una pobre chica, poniéndola a hacer el tonto y colgando el video en Youtube para dar la campanada, sino abriendo una brecha a nivel nacional, en el horario de madrugada, para los concursos telefónicos fraudulentos (infragénero que hasta ahora estaba vetado a las tercermundistas cadenas regionales presentados por hijas de directivos en prisión), que las grandes televisiones privadas estatales se han apresurado a copiar. Esto, amigos, que es tan viejo como el timo de la estampita, es lo más demandado en el mundo de la televisión del siglo XXI. El argumento del programa es algo así:

- Aparece sobreimpresionado en pantalla un sudoku que hasta un niño de 3 años puede solucionar con los ojos cerrados;
- Una becaria en bikini se pone a gritar durante horas, prometiendo miles de millones de euros al primer pajero que llame a un 906;
- Los infelices que llaman soñando con liquidar la hipoteca, se dan cuenta de que nadie coge el teléfono, sino que mientras están en espera se escuchan unos a otros;
- Entre ellos forman progresivamente un chat porno;
- El 90% de los que llaman, cuelga antes de dos minutos (ya han pasado por caja, que es lo importante). El resto apaga la tele y se dice guarrerías hasta el amanecer, cuando queda para "foyar real";
- Después de dos horas, cuando la becaria está a punto de desfallecer y tiene que entrar a despachar en el Alcampo (suponiendo que el programa sea en directo), atiende por fin a una llamada y entre aspavientos le regala 500 euros al productor, que simulaba la voz de un ama de casa.

En fin, que así eran las cosas hasta hace dos meses. Pero hete aquí que la familia Miliki tenía un as guardado bajo la manga, y La Sexta no era sino una tapadera para hacer llegar a nuestros hogares el mayor espectáculo del mundo, que por desgracia para ellos no es el circo, sino el fútbol: La Sexta había adquirido los derechos de emisión del Mundial de fútbol. Y de propina, también el de baloncesto. Dependiendo de la audiencia, detrás vendrán el de bobsleight y el de doma de caballos.

El Mundial de Fútbol me pilló fuera de onda, así que sólo pude ver tres o cuatro partidos en la Cuatroº, donde Maldini y el otro sabio estándar le hacían la pelota a Maradona ciñéndose a rajatabla a El Larguero style. Correctos, comedidos y supurando por todos los poros un savoir faire parlo-futbolístico que te cagas. Pero tengo entendido que en La Siexta, el canal de los payasos de la tele, pusieron para comentar los partidos de equipos del hemisferio Norte al iconoclasta Andrés Montes. Cantando, contando chistes, vacilando a Julio "Patizambo" Salinas y confundiendo el fuera de juego con el tiro a la escuadra. Como todos sabemos, a pocos minutos del saque de honor del Mundial, los millonarios encorbatados de la Cuatroº les compraron los partidos de España, llevándose de paso al 99% de su audiencia. Además, montaron la de San Quintín en la plaza de Colón. La Sexta, enrabietada, les copió la idea y suplicaban a la gente que fuese a ver los partidos al pantallón que había en Sol detrás de un árbol, pero ya era tarde. España se fue a casa muy pronto, los niños lloraron, las banderas rojigualdas ondearon a media asta y, opá, me cagüen en la mar.

Rápidamente la maquinaria payasil se puso en marcha, en un lavado de imagen como no se recuerda otro. De un día para el siguiente cambiaron sus sintonías, dulcificaron sus colores corporativos, intelectualizaron sus payasadas de continuidad ("Todo va a cambiaaaar", juran y perjuran, como suplicando al público que tenga un poco más de paciencia...). Contrataron a un sicario para que asesinara al que se le ocurrió contratar a El Koala para grabar el himno de la Selección, y soltaron todo el dinero que les quedaba para emitir también, enterito, el Mundial de baloncesto. Y esto ha sido otro cantar. La Sexta ha triunfado, porque nadie les ha hecho sombra. Es lo que tiene tener una programación de refritos-basura, sustituibles por cualquier cosa en cualquier momento.

Igual que hiciera durante el otro mundial, eliminaron de su parrilla todos sus contenidos (excepto las repeticiones del programa de Milikito donde irónicamente, opá, entre la publicidad de Águila Amstel todavía hoy se puede ver cómo hacen referencia constante al oro que Aragonés y los suyos van a conseguir en Alemania), y dedican 24 horas del día a enseñar el careto de Pau Gasol. Es una pena que el mundial haya tenido lugar a tantos husos horarios de aquí, porque de haberse emitido en horario de máxima audiendia La Sexta habría desbancado para siempre a los malvados tertulianos de Gran Hermano. Pero para los que hemos madrugado para ver las hazañas del conjunto español, La Sexta se ha convertido definitivamente en nuestro canal de payasos deportistas favorito. Y en lo que a mí respecta, gran parte de culpa de esto la ha tenido el grandísimo, el incomparable locutor Andrés Montes. Para más inri, ha ganado España, que era el equipo que más me gustaba y con el que yo iba. Ya era hora, me cachis en la mar salada, ya era hora. Pero vamos, que es lo de menos ahora. Con las retransmisiones de Andrés Montes en La Sexta me he sentido ganador desde el principio. Andrés Montes es mi ídolo, y se ha convertido en mi persona-de-la-televisión favorita de todos los tiempos.

Andrés Montes, eres un titán, desde aquí te lo digo, de tú a tú, en segunda persona. Tú me has hecho disfrutar con el baloncesto tanto como aquel Ramón Trecet de "Dentro de las estrellas", y te aseguro que pensé que ese momento nunca llegaría. Antes de tí sólo Chiquito de la Calzada había conseguido que todo el mundo corease por las calles tus latiguillos. Sólo el cocinero Juan Andrés te iguala en carisma, sólo Los Fraguel te igualan en simpatía, y sólo todo el resto de locutores deportivos juntos se te acercan en cuanto a destreza informativa. Andrés, gracias a tí he descubierto que la vida puede ser maravillosa. Yo me considero un espectador exigente, y me has llegado al corazón. No sé si soy el único que estaba hasta las narices del rigor, del esnobismo, de la seriedad y contundencia con que se retransmitían los partidos desde que nació Matías Prats padre hasta ayer mismo. Con tu privilegiada garganta, digna de una estrella de la Motown; con tus acertados comentarios desacertados; con tu ilimitada simpatía; con tus anécdotas de barra de bar sobre baloncestistas de cuando la NBA molaba; con ese “¡¡JUGÓN!!” que surge de repente de tu boca, que me hace dar un bote en el sillón y derramar la cerveza del susto; con esa complicidad con el "Daimiel" / "Salinas" / "Iturriaga" de turno; con tus cancioncitas en los tiempos muertos; con tu infinita ensalada de motes desenfadados, uno para cada jugador del mundo (Carmelo ya nunca más será Carmelo: ahora es CarAmelo; del mismo modo de “Mumbrú se fue a la guerra”, ¡ja ja ja!); con tu calva, tu pajarita, tus gafas de Lenon con cordel; tus rimas instantáneas. Me da igual que Milikito viera en ti a un payaso más al que dar cabida en la pista central de su circo catódico. Nunca se lo perdonaré, pero al mismo tiempo tengo que estarle agradecido. Tu sabiduría está al alcance de muy pocos, aunque la disimules. A mí me da igual la estadística de Schiamulas Schiamantidis en tiros al vértice del tablero: a mí me mola saber qué cócteles bebieron los lituanos la noche anterior a su partido de octavos, y sólo tú lo sabes y satisfaces mi curiosidad. No me importa si el porcentaje de tirosdecampo del segundo alero de Panamá ha decaído desde que juega en el Szrubirán de Belgrado: me parece parece mucho más interesante descubrir que Karl Malone para ser feliz quiere un camión de dieciséis ejes y que vive con una boa constrictor. O que conociste a Julius Irving en los retretes del Madison Square Garden. Ahí estás tú, siempre, para darme lo que necesito. Sé que conoces todos los soporíferos datos estadísticos imaginables. Más de veinticinco años viajando por las canchas del mundo te avalan. Pero para contarlos y dotar al espectáculo de las suficientes dosis de aburrimiento ya está Iturriaga, o el pesado de barbas que se parece a Peter Jackson que se fue de "Aquí hay tomate", que no sé cómo se llama. Y se agradece que sólo hagas aflorar tu sabiduría con desparpajo y humildad. Eres como el tío viajado y simpaticón que nunca tuve. Nunca me cansaré de escuchar tus anécdotas gastronómicas, bizarras, cosmopolitas y/o musicales. Me da igual que mis amigos digan que eres un soplagaitas, y que prefieran escuchar a Trecet en Radio Marca. A mí Trecet cada vez me parece más insulso y más AOR, mientras que tú eres cada vez más cachondo y más soul. A Ramón le gustan Hedningarna y a tí Marvin Gaye, y eso se nota. Espero que te quedes mucho tiempo conmigo, porque tú solito has hecho que empiece a mirar La Sexta con otros ojos. Contigo, jugón, la telemierda puede ser maravillosa.